El gran circo carretero emplea a miles mientras las cifras bailan

En un acto de magia contable digno de Houdini, el Gobierno de México anunció la creación de 52,762 empleos gracias al milagroso Programa Nacional de Infraestructura Carretera. Sí, esos mismos empleos que aparecen y desaparecen más rápido que un político en época de rendición de cuentas.

Durante el espectáculo matutino conocido como “Las mañaneras del pueblo” —un reality show donde las promesas superan a los hechos—, el secretario de Infraestructura, Jesús Antonio Esteva Medina, reveló con orgullo que se invertirán 53,312 millones de pesos en 2025. Una cifra tan redonda que casi parece inventada, como esos puentes que llevan años en “avance del 2%”.

Entre los logros destacados: 109 km de obras “de continuidad” (léase: las que no terminaron en el sexenio pasado), 2,220 km de ejes prioritarios (prioritarios desde 2018), y 16 km de puentes que, según testigos, aún no conectan con ninguna realidad. Eso sí, el programa incluye 904 km bautizados como Lázaro Cárdenas del Río, porque en México nada vende más que ponerle el nombre de un prócer a un bache.

Tras el huracán “Erick”, se removieron 173,800 m³ de material, aunque nadie especifica si eso incluye los escombros de promesas incumplidas. Mientras, en Sinaloa y Durango, la carretera San Ignacio-Tayoltita promete concluir en julio… del año que el pueblo elija creer.

Lo más hilarante: el “Programa Bachetón”, con una inversión de 30,000 millones para tapar hoyos. Porque, ¿qué mejor símbolo del progreso que gastar fortunas en reparar lo que se deshizo por falta de mantenimiento? Eso sí, los caminos “artesanales” —un eufemismo para “senderos de tierra”— ya tienen a 347 personas trabajando, porque en este país hasta la precariedad se disfraza de empleo.

Y mientras los puentes se construyen “en proceso” (avance: 5%), las autopistas de peaje siguen siendo el negocio redondo de siempre. Porque al final, como diría Swift: “En el reino de los ciegos, el que anuncia obras es rey”.