El Gran Teatro Aéreo de la Política Mexicana
En un espectáculo que supera la más delirante farsa griega, los augustos representantes de la nación han decidido convertir la cancelación de trece rutas aéreas en una tragicomedia de proporciones épicas. Mientras el ciudadano común contempla perplejo el encarecimiento de los boletos y la desaparición de empleos, nuestros ilustres legisladores se enfrascan en una batalla dialéctica digna de un manicomio ilustrado.
Los devotos del régimen actual, con la fe ciega de creyentes en un mesías terrenal, han descubierto de pronto que el gobierno estadounidense es “autoritario”. ¡Qué sorpresa! Como si el coloso del norte hubiera sido siempre un modelo de diplomacia benevolente y no una potencia que defiende sus intereses con la sutileza de un elefante en una cacharrería.
El Decreto del Capricho Presidencial
El diputado panista Saúl Téllez Hernández, convertido en profeta del desastre, nos ilumina con su verbo: la “miopía y los caprichos del gobierno mexicano” han llevado a esta crisis. ¡Magnífico diagnóstico! Solo seis años tarde. El régimen, en su sabiduría infinita, decidió que las aerolíneas debían operar en un aeropuerto que parece más bien un elefante blanco con pista de aterrizaje, porque así lo decretó el oráculo presidencial.
El Convenio de Transporte Aéreo, ese tedioso documento que nadie leyó, ha sido violado con la elegancia de un toro en una cristalería. Reubicación forzada de operaciones, reducción arbitraria de slots, incumplimiento de estándares de seguridad… pero ¿acaso no comprenden que se trata de una “transformación”? Los detalles técnicos son burguesías del pasado.
La Sabiduría de los Legisladores
Kenia López Rabadán, en su infinita sapiencia, nos recuerda que “estos lineamientos no tienen colores ni ideologías”. ¡Qué revelación! Los principios aeronáuticos son, al parecer, más sensatos que nuestros políticos. Mientras tanto, Rubén Moreira del PRI nos ilustra sobre las maravillas de la “libre empresa”, ese concepto que su partido aplicó con tanta coherencia durante sus siete décadas en el poder.
El coordinador priista nos explica que el expresidente López Obrador quiso “generar una desviación a la libre empresa”. ¡Vaya herejía! Como si los gobiernos priistas nunca hubieran intervenido en la economía con la delicadeza de un martillo neumático.
La Oposición Descubre América
En el Senado, Alejandro Moreno del PRI declara que el Aeropuerto Felipe Ángeles es “el capricho más grande” del expresidente y hoy “queda demostrado que es un fracaso”. ¡Genial! ¿Y cuándo exactamente pensaban revelarnos esta perla de sabiduría? ¿Acaso durante la construcción guardaron un vow de silencio monástico?
La senadora Alejandra Barrales nos regala otra joya: a México le falta “visión estratégica de largo plazo”. ¡Otra revelación extraordinaria! Como si los últimos cuarenta años hubieran sido un modelo de planeación visionaria.
El Remate de la Farsa
Mientras Ignacio Mier de Morena anuncia que el gobierno solicitará una “revisión” y hará las “aclaraciones necesarias al malentendido”, uno no puede evitar preguntarse: ¿qué van a aclarar? ¿Que construir un aeropuerto sin consultar a pilotos, controladores aéreos o al país vecino fue en realidad una estrategia maestra?
Manuel Añorve del PRI culmina este sainete declarando que la presidenta Claudia Sheinbaum “está pagando las consecuencias” de las decisiones de su predecesor. ¡Qué novedad! Como si la sucesión presidencial en México fuera algo completamente inesperado.
En este gran teatro del absurdo, mientras los políticos se dedican al noble arte de señalar culpables, los ciudadanos nos preguntamos: ¿cuándo exactamente la clase política mexicana decidió que gobernar era lo mismo que protagonizar una telenovela bufa?
El verdadero vuelo que deberían cancelar es el de la demagogia, pero temo que esa ruta opera con demasiada frecuencia en nuestro espacio aéreo político.
