Una entrega que refleja años de trabajo en el terreno
Este lunes, la consejera presidenta del Instituto Nacional Electoral (INE), Guadalupe Taddei, hizo una entrega simbólica pero de un peso enorme: un compendio de propuestas consensuadas al presidente de la Comisión Presidencial para la Reforma Electoral, Pablo Gómez. Con los años, he aprendido que estos documentos no son solo papeles; son la cristalización de incontables horas de debate, experiencia en campo y lecciones aprendidas en cada proceso comicial.
El valor de la voz colectiva en un sistema democrático
La presidenta del INE fue clara, con una sabiduría que solo da la práctica: la mejor forma de mejorar nuestro sistema electoral es aportando ideas. “Cada vez que se nos abre una puerta y guardamos silencio, mañana estamos imposibilitados para hacer sugerencias”, afirmó. Esta frase resuena profundamente. Recuerdo procesos donde el no participar a tiempo en las discusiones de fondo nos dejó, luego, lidiando con marcos legales rígidos y poco prácticos. Su llamado a subir las iniciativas al repositorio digital de la Comisión es un consejo aplicable: hay que documentar y formalizar las propuestas para que trasciendan.
Destacó que estas propuestas son fruto de un trabajo colegiado sólido. En mi experiencia, cuando los órganos electorales logran consensos, las iniciativas suelen tener mayor viabilidad técnica y política, algo que la teoría pura a menudo subestima.
La red electoral local: el pilar que la teoría olvida
Acompañada de los titulares de los 32 Organismos Públicos Locales Electorales (OPLES), Taddei defendió con conocimiento de causa la labor de estas entidades. “Es un conocimiento vasto”, dijo. Y tiene toda la razón. He visto de primera mano cómo el INE y los OPLES forman una red logística y de conocimiento insustituible. Juntos llegan “hasta el último rincón” para instalar las casillas. Sin esta capillaridad, la democracia se vuelve un concepto abstracto y lejano. Cualquier reforma que no los considere como socios estratégicos estaría, en la práctica, construyendo sobre arena.
Un proceso que sigue abierto al diálogo
Por su lado, Pablo Gómez, al recibir las propuestas, señaló que la convocatoria sigue abierta. Invitó a personas y organismos a presentar más ideas que ayuden a “resolver algunos nudos”. Esta apertura es crucial. Las mejores reformas no se cocinan a puerta cerrada, sino que se nutren de la diversidad de perspectivas. La complejidad del tema exige escuchar a la sociedad civil, a los técnicos y a quienes ejecutan los procesos en el terreno.
Al acto, significativamente, asistieron autoridades de los 32 OPLES y representantes de una decena de organizaciones de la sociedad civil. Esta imagen, más que cualquier discurso, muestra el ecosistema plural que debe sustentar cualquier cambio profundo en nuestra arquitectura electoral.


















