El país que nunca se queda a oscuras según el discurso oficial

En un alarde de optimismo digno de El mundo feliz de Huxley, la Presidenta Claudia Sheinbaum declaró —entre el murmullo de ventiladores apagados por cortes programados— que México jamás padecerá escasez eléctrica. “La CFE tiene recursos ilimitados y capacidad técnica infinita“, afirmó mientras ajustaba el micrófono alimentado por un generador diésel.

Según la epopeya energética narrada en “Las Mañaneras del Pueblo”, el Margen de Reserva aumentó del 6% al 10% gracias a:

• Una planeación tan impecable que haría llorar a los dioses griegos.
• Dos plantas nuevas construidas con los escombros de promesas pasadas.
• Cinco proyectos futuros que, como el unicornio azteca, todos creen ver pero nadie ha tocado.

La secretaria de Energía, bautizada irónicamente Luz Elena, juró que el sistema opera con un 12% de reserva. “¡Y un 6% extra en reserva fría!”, aclaró, omitiendo que el término se inventó durante el mismo discurso. Los 74 proyectos de transmisión mencionados incluyen, según fuentes no oficiales, un cable extendido desde la esperanza hasta la realidad.

Mientras la directora de la CFE enumeraba subestaciones con nombres de constelaciones mitológicas, un apagón interrumpió la transmisión. “Demostración práctica de nuestra resiliencia operativa“, corearon los asistentes, ya habituados a leer comunicados a la luz de velas.

“El margen de reserva creció como la credibilidad de este gobierno: en PowerPoint.”
— Analista anónimo desde un cibercafé con planta de emergencia.

El acto concluyó con un simulacro de generación distribuida: los funcionarios pasaron tres minutos pedalizando bicicletas conectadas a un foco led. “Así iluminaremos el 2027”, prometieron, sudando la gota gorda.