El proceso para designar al nuevo fiscal general de México

Reinventando la Justicia: Más Allá de la Sucesión Convencional

La designación del próximo Fiscal General de la República (FGR) se presenta no como un mero trámite de reemplazo, sino como una encrucijada histórica para redefinir la esencia de la justicia en México. La renuncia de Alejandro Gertz Manero no es el final de un capítulo, sino la apertura de un lienzo en blanco. ¿Y si, en lugar de buscar al funcionario de mayor rango, buscáramos al arquitecto de un sistema completamente nuevo?

Ernestina Godoy, fiscal interina y ex procuradora de la Ciudad de México, emerge como la candidata con mayor ventaja en un registro de cuarenta y tres aspirantes. Su trayectoria en la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum la posiciona como la favorita en un proceso controlado por la coalición gobernante. Sin embargo, este escenario invita a una pregunta disruptiva: ¿la verdadera innovación reside en consolidar lo conocido o en arriesgarse por lo radicalmente distinto?

La Lista y el Espejo: Reflejando un Sistema

El cierre del registro de postulantes revela un panorama elocuente: una mayoría de exfuncionarios y operadores políticos del partido en el poder, con apenas dos perfiles independientes destacados, los juristas Luis Manuel Pérez de Acha y Jorge Nader Kuri. Esta composición no es un accidente; es el síntoma de un modelo de selección que prioriza la lealtad sobre la disrupción intelectual. Imaginen un proceso donde, además de la experiencia gubernamental, se valorara la capacidad de desmantelar la burocracia desde fuera, de conectar la justicia penal con la inteligencia artificial predictiva o la justicia restaurativa comunitaria.

El mecanismo es claro: el Senado depurará la nómina para enviar diez candidaturas a la presidenta Sheinbaum, quien elegirá la terna final para la votación del pleno. La mayoría calificada de Morena y sus aliados asegura el control del desenlace. Pero, ¿y si el verdadero poder no estuviera en elegir un nombre, sino en rediseñar los criterios de elección? En lugar de buscar un fiscal, podríamos buscar un “director de orquesta de la integridad”, cuya función no sea solo perseguir delitos, sino prevenir los ecosistemas que los generan.

Una Oportunidad Perdida o por Ganar

Junto a Godoy, figuran otros nombres cercanos al oficialismo como Ricardo Peralta Saucedo y César Mario Gutiérrez Priego. Llama la atención que solo seis mujeres se inscribieron en la convocatoria, entre ellas Luz María Zarza y Olimpia Griselda Puente Pineda. La prisa por concluir el nombramiento antes del 15 de diciembre, fin del periodo ordinario del Senado, replica la lógica de la urgencia sobre la de la transformación.

La verdadera revolución no estaría en quién ocupa el cargo, sino en reimaginar el cargo mismo. ¿Qué pasaría si la FGR se convirtiera en un laboratorio de justicia abierta, con métricas públicas de desempeño en tiempo real y equipos interdisciplinarios que ataquen la corrupción como un virus informático? El proceso actual, aunque formalmente impecable, opera dentro de los límites de la caja. El futuro de la credibilidad institucional exige que demos el salto lateral: pensar no en el próximo fiscal, sino en la próxima era de la justicia.

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