El Senado defiende candidatos con reputación cuestionable al Poder Judicial

CIUDAD DE MÉXICO.— En un giro que sorprende solo a quienes aún creen en la decencia pública, el presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña, declaró solemnemente que la Cámara alta no tiene herramientas legales —ni, al parecer, morales— para filtrar a candidatos al Poder Judicial con currículos que incluyen desde malversación hasta nepotismo, pero eso sí, “siempre dentro del marco de la ley”.

“Reto al INE a que nos muestre en qué artículo de la Constitución se prohíbe nominar a delincuentes de cuello blanco”, espetó el legislador, mientras ajustaba su corbata con la misma elegancia con que ignora los códigos éticos. La ironía, por supuesto, se perdió entre aplausos de sus colegas, quienes tomaron notas para futuras vacantes.

En medio de lo que él llamó “un diálogo institucional” (léase: berrinche parlamentario), Fernández Noroña aseguró que la elección será “extraordinaria”, adjetivo que, en este contexto, podría traducirse como “caótica pero rentable”. “El pueblo está atento”, añadió, refiriéndose quizá a ese 3% de la población que aún no ha migrado a plataformas de streaming para evadir la realidad.

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Frente a la posibilidad de que el INE insista en aplicar algo tan anticuado como el escrutinio, el senador replicó: “No somos adivinos”. Efectivamente: para predecir el desastre, basta con revisar el historial. Eso sí, prometió acudir al Tribunal Electoral, porque en México la justicia es como un partido de fútbol: siempre hay tiempo para el desempate… y para la revancha.