Una Aprobación Unánime que Esconde un Problema de Años
El pleno del Senado de la República avaló por unanimidad una reforma que promete cambiar las reglas del juego para millones de consumidores en México. La iniciativa, impulsada por la senadora Olga Sosa Ruiz, modifica el artículo 77 de la Ley Federal de Protección al Consumidor. Pero, ¿por qué era necesaria una modificación aparentemente técnica? La respuesta se encuentra en las miles de historias de frustración ciudadana que durante años han llenado los registros de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco).
La Palabra Clave: Definir lo Indefinido
La senadora Sosa Ruiz recalcó que el núcleo de esta enmienda es incorporar, por primera vez en la ley, una definición jurídica precisa de “garantía”. “Se explica como la obligación expresada en la póliza por la cual el proveedor o un tercero se compromete, durante un plazo determinado, a reparar o responder por defectos”, explicó. Esta precisión terminológica busca erradicar la ambigüedad deliberada que muchos proveedores han utilizado como escudo, generando una zona gris donde los derechos del consumidor se diluían.
El Mecanismo: Plazos que Obligan
La investigación revela que la reforma establece un plazo perentorio de 90 días naturales para que los proveedores cumplan con las reparaciones bajo garantía. Cynthia López Castro, presidenta de la Comisión de Defensa del Consumidor, advirtió: “Podría parecer un dictamen técnico, pero va a cambiar la vida de millones de personas”. ¿Cambiará realmente la dinámica de poder? El dictamen busca dar solución a la “incertidumbre e indeterminación” que padecen los usuarios cuando un bien adquirido falla, estableciendo tratamientos específicos para distintos productos y servicios.
Las Cifras que Impulsaron el Cambio: 90,000 Quejas como Testimonio
Durante la presentación del dictamen, se desempolvaron cifras reveladoras: en 2024, la Profeco recibió aproximadamente 90,000 quejas, concentradas en sectores como electrodomésticos, telefonía celular y productos del hogar. La mayoría de estas reclamaciones fueron resueltas a favor del consumidor, una estadística que, lejos de ser tranquilizadora, expone la magnitud del conflicto sistémico. Cada número representa una batalla personal contra cláusulas abusivas, tiempos de espera indefinidos y estrategias dilatorias.
La Conclusión del Investigador: Más que una Letra Chiquita
El senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara puso el foco en la consecuencia real: “Cuando algo falla, la diferencia entre una buena garantía y una letra chiquita engañosa puede significar el ahorro de una familia o el deterioro de su patrimonio”. La reforma, según sus promotores, no solo protege el bolsillo de las personas, sino que desincentiva prácticas desleales que distorsionan el mercado. La pregunta que queda en el aire es si esta nueva claridad normativa será suficiente para disciplinar a un mercado acostumbrado a operar en la penumbra de la interpretación. La verdadera prueba comenzará cuando los primeros consumidores exijan, con la ley en la mano, el cumplimiento estricto de esos 90 días.














