Conéctate con nosotros

Nacional

El subsuelo mexicano se traga vidas en otro túnel del huachicol

Una excavación clandestina se convierte en tumba improvisada mientras autoridades y pobladores libran un macabro tira y afloja.

Avatar

Publicado

en

Foto: Agencia Reforma.

CIUDAD DE MÉXICO. – En un giro tragicómico que Jonathan Swift hubiera enmarcado como fábula moderna, seis almas emprendieron su último viaje vertical cuando el México Profundo decidió devorar a sus propios arquitectos. El escenario: un túnel de contrabando energético en Otumba, donde la ingeniería clandestina demostró ser tan eficiente como las políticas públicas contra el robo de hidrocarburos.

La obra maestra del emprendimiento criminal colapsó a 300 metros de un ducto de Pemex, institución que -en un ejercicio de ironía cósmica- sigue perdiendo más combustible por evaporación contable que por estos agujeros de gusano neoliberales. Los servicios forenses, esos héroes anónimos de la necro-política, lograron rescatar un cuerpo antes de que los pobladores, en un arrebato de patrimonialismo thanático, interrumpieran el proceso para aplicar usos y costumbres que incluyen, al parecer, sepultar a los muertos antes de que las autoridades los cuenten.

Tras horas de negociación mortuoria -donde el trueque fue cadáveres por paz social- los restos emprendieron su viaje final hacia la morgue, ese limbo burocrático donde las estadísticas se divorcian de las tragedias. Mientras tanto, en algún despacho gubernamental, otro informe sobre combate al huachicol se escribe con la tinta invisible de la realidad paralela.

Anuncio
Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día