El YouTuber que convirtió la legítima defensa en contenido viral
En el sublime municipio de Acolman, donde antaño los fraccionamientos soñaban con ser comunidades, hemos alcanzado la cúspide de la evolución jurídica: la legítima defensa convertida en formato digital. El ciudadano Roberto Carlos, autodenominado “El Custodio”, no contento con el arcaico procedimiento de llamar a las autoridades, ha perfeccionado el sistema de justicia mediante algoritmos, transformando un triple homicidio en contenido de entretenimiento para las masas ávidas de streaming.
En su más reciente producción audiovisual, este pionero de la jurisprudencia online explicó conmovedoramente cómo tres “invasores” -cuyo único crimen fue aparecer muertos en el Circuito Valle de Umán– le obligaron a convertirse en both juez y verdugo. “Tuve que aplicar legítima defensa“, declaró el artista ante su audiencia, en lo que los entendidos ya catalogan como el primer unboxing forense de la historia digital mexicana.
La nueva pedagogía cívica
Mientras los vecinos reportaban detonaciones -elementos sonoros esenciales para cualquier tutorial de autodefensa moderna- nuestro héroe contemporáneo demostraba que las instituciones legales son meras formalidades burocráticas. ¿Para qué esperar meses en los tribunales cuando puedes obtener tus suscriptores y tu absolución en tiempo real?
Los servicios de emergencia, anclados en paradigmas obsoletos, confirmaron el decepcionante fallecimiento de los supuestos agresores. La evidencia más contundente: un cuchillo entre las pertenencias de una víctima, prueba irrefutable que justifica cualquier ejecución extrajudicial siempre que vaya acompañada de un buen guión para YouTube.
El Estado responde con admiración
Las autoridades demostraron su moderna comprensión del fenómeno al no lograr capturar al innovador ciudadano. La Fiscalía General de Justicia del Estado de México, reconociendo el valor pedagógico de su contenido, optó por estudiar minuciosamente sus técnicas narrativas antes de interferir con su labor educativa.
En esta nueva era donde cada ciudadano puede ser su propio canal de noticias, juez y parte, solo nos queda preguntarnos: ¿será que “El Custodio” ha descubierto la fórmula definitiva para resolver la inseguridad? Matar al mensajero -y a un par de testigos incómodos- nunca había sido tan rentable en términos de engagement.


















