Foto: El Universal.
¿Y si la reducción de la jornada laboral no fuera solo un beneficio social, sino una palanca para reinventar la productividad? Francisco Cervantes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), desafía el enfoque tradicional al proponer una transformación sistémica: mesas técnicas, capacitación disruptiva y flexibilidad inteligente para crear 8 millones de empleos formales en cinco años.
En lugar de un cambio abrupto, sugiere una revolución gradual: reducir una hora inicialmente, beneficiando al 77% de los trabajadores sin colapsar la economía. “Imaginemos bancos de horas dinámicos o jornadas mensuales flexibles”, propone, conectando innovación laboral con competitividad global.
Su visión más audaz: un ecosistema laboral adaptativo, donde cada sector (transporte, manufactura, servicios) tenga su propia hoja de ruta. ¿El ingrediente secreto? Una comisión tripartita que funcione como laboratorio de políticas públicas, ajustando estrategias en tiempo real según datos y tendencias globales.
Este no es un simple ajuste horario; es un rediseño del contrato social laboral. ¿Estamos ante la oportunidad de convertir a México en pionero de la cuarta revolución laboral? La propuesta está sobre la mesa: productividad aumentada, talento potenciado y equilibrio económico, todo en uno.