Un retrato digital de los hábitos de consumo
David Kershenobich, al frente de la Secretaría de Salud, desglosó los resultados de la Encuesta Nacional de Consumo de Drogas, Alcohol y Tabaco 2025 (ENCODAT), un data set crucial dentro de la Estrategia por la Paz y Contra las Adicciones. La presentación, en el marco de la conferencia matutina en Palacio Nacional, funcionó como un dashboard en tiempo real sobre la evolución de los consumos problemáticos.
El informe señala a la cannabis como la sustancia ilícita de mayor prevalencia, mientras se monitorea de cerca la curva de los opioides. Los números son elocuentes: el uso de cannabis escaló de un 9.3% en 2016 a un 13.3% en 2025. Los alucinógenos y los estimulantes de tipo anfetamínico también registraron incrementos significativos en la población adulta.
Kershenobich alertó sobre el Tramadol, cuyo acceso será restringido a prescripción médica por su potencial como puerta de entrada al consumo de opioides. “A pesar de la tendencia alcista, los niveles generales se mantienen bajos. La prevalencia del fentanilo, también investigada, resultó mínima”, precisó el funcionario.
Tendencias disruptivas: menos alcohol juvenil, más opioides
El análisis arroja datos paradójicos: mientras el consumo experimental de drogas ilegales en jóvenes decayó notablemente, el uso indebido de medicamentos de prescripción se duplicó. El consumo de opioides registró un salto preocupante, pasando de un 0.1% en 2016 a un 1.4% en 2025. Entre los hallazgos positivos, destaca la reducción en el consumo de alcohol entre adolescentes, un objetivo clave de las políticas públicas, que ahora se refuerzan para impactar también en mujeres adultas.
Vapeo: la nueva frontera de la adicción adolescente
Uno de los focos rojos de la encuesta es la migración digital de la nicotina. “La transición al vapeo en adolescentes la estamos abordando con el nuevo marco regulatorio recién aprobado y con campañas de educación disruptivas. Insistiremos en el riesgo que los cigarrillos electrónicos representan para la salud mental”, declaró Kershenobich.
La ENCODAT no solo mapea el consumo; analiza patrones, frecuencia, dependencia, percepción de riesgo y su nexo con la salud mental y determinantes sociales. La salud mental de los adolescentes es prioridad, al concentrar las mayores vulnerabilidades. Este sondeo de alta definición, aplicado a 19,200 personas de 12 a 65 años, establece una nueva línea base para el diseño de políticas públicas con enfoque de reducción de daños y perspectiva de futuro.














