Un Debate que Encendió los Ánimos en el Congreso
La polémica reforma a la Ley General de Salud para erradicar los cigarrillos electrónicos en México desató un conflicto de alto voltaje dentro de la Comisión de Salud de la Cámara de Diputados, evidenciando las profundas fracturas en la legislación de bienestar público.
El Detonante del Conflicto
La chispa se encendió cuando el presidente de la comisión, Pedro Zenteno Santaella, anunció un procedimiento exprés: la discusión y el envío de reservas directamente a la Mesa Directiva, sin espacio para la deliberación. Frente a esta jugada parlamentaria, el diputado Éctor Jaime Ramírez Barba interpuso una moción de orden, calificando el mecanismo de ilegítimo. Su intervención fue ignorada, lo que llevó al legislador a exigir transparencia y “decencia” en el proceso, mientras la atmósfera en el recinto se volvía palpablemente hostil.
La Escalada de la Tensión
Zenteno aseguró haber concedido la moción, una afirmación que Ramírez Barba desmintió de inmediato, citando al pie de la letra el artículo 189 del reglamento. La petición de moderar el tono por parte del presidente fue rechazada por el panista, quien afirmó su derecho a expresarse libremente. Zenteno desestimó los argumentos como una mera “interpretación” y lo desafió a llevar el caso por la vía legal si así lo decidía.
La situación llegó a un punto crítico cuando un frustrado Ramírez Barba se acercó al secretario técnico para cuestionarlo por seguir directivas que consideraba irregulares. El intercambio subió de tono, culminando con el azote del dictamen sobre el escritorio. La respuesta de Zenteno no se hizo esperar: acusó al diputado de actuar con actitudes “porriles” y de quebrantar el orden, exigiendo que se condujera con decoro parlamentario y permitiera continuar con la sesión.
