Una designación que redefine el poder en la FGR
En un movimiento que pasó casi desapercibido para el grueso de la ciudadanía, Ernestina Godoy, una abogada con siete décadas de experiencia y profundas raíces en el partido en el poder, ha sido designada como la fiscal de control competencial de la Fiscalía General de la República. Este nombramiento, una de las últimas disposiciones de Alejandro Gertz Manero antes de su transición a un cargo diplomático, no es un simple relevo burocrático. Nos preguntamos: ¿qué estrategias de poder se están consolidando en las sombras de la institución de justicia más importante del país?
La ahora encargada de despacho, a la espera de la ratificación formal del Senado de la República, se erige como la piedra angular del gabinete de seguridad de la presidenta Claudia Sheinbaum. Su llegada no es fortuita; es la materialización de una alianza política forjada durante años. ¿Hasta qué punto esta designación garantiza la autonomía de la FGR o, por el contrario, la subordina a los designios de la Estrategia Nacional de Seguridad?
Los hilos de una trayectoria entrelazada con el poder
Nuestra investigación revela que la trayectoria de Godoy es un mapa de las conexiones más influyentes de la política contemporánea. Cofundadora de Morena junto a Andrés Manuel López Obrador, su lealtad y experiencia legal la llevaron a ser una pieza indispensable para Claudia Sheinbaum en la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Su transición del PRD a Morena, de diputada a fiscal capitalina y luego a consejera jurídica, plantea un interrogante crucial: ¿su nombramiento es un reconocimiento a su capacidad o la recompensa a una lealtad inquebrantable?
Casos de alto perfil: ¿Una hoja de ruta para la nueva FGR?
Al escudriñar su historial al frente de la Fiscalía de la Ciudad de México, emergen patrones que podrían prefigurar su gestión nacional. Godoy no ha rehuido de la controversia, impulsando pesquisas que sacudieron los cimientos del establishment. El emblemático caso del Cartel Inmobiliario, que apuntó a prominentes figuras del PAN, y su intervención en la compleja investigación del feminicidio de Ariadna Fernanda López, que involucró al entonces fiscal de Morelos, Uriel Carmona Gándara, demuestran una voluntad de enfrentarse a poderes fácticos.
Sin embargo, la pregunta que queda flotando en el aire, y que este medio se compromete a seguir investigando, es si estos casos fueron ejercicios de justicia independiente o instrumentos dentro de una batalla política más amplia. La llegada de Ernestina Godoy a la cúspide de la FGR no es el final de una historia, sino el inicio de un nuevo capítulo cuyas consecuencias para el estado de derecho en México están aún por escribirse.














