Una Medida que Sacude la Aviación Mexicana
En mis años en la industria, he visto cómo las decisiones políticas pueden alterar de la noche a la mañana el panorama aéreo. Lo que vivimos este miércoles es un recordatorio crudo de esa volatilidad. Las aerolíneas mexicanas enfrentan un escenario complejo después de que Estados Unidos decretara unilateralmente la cancelación de 13 rutas con destino a su territorio desde el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
El Impacto Inmediato en el Mercado
El golpe no se hizo esperar. Recuerdo situaciones similares donde la incertidumbre es el peor enemigo. Los títulos de Volaris en la bolsa cayeron hasta un 7%, una reacción del mercado que refleja la preocupación inmediata. La firma declaró que evalúa el alcance de las medidas, señalando que las disposiciones sobre carga tendrían un efecto marginal debido a su baja participación en ese segmento. Es una estrategia común intentar minimizar el impacto ante los inversionistas, pero la realidad operativa siempre es más compleja.
“La aerolínea se encuentra en contacto con la Secretaría de Infraestructura para encontrar una solución que permita revertir las medidas anunciadas y evitar afectaciones futuras sobre sus operaciones y el sector aéreo mexicano”, indicó Volaris a través de un comunicado.
Proyectos Truncados y una Lección de Geopolítica
Volaris tenía todo listo para inaugurar una ruta entre el AICM y el Aeropuerto Internacional Libertad de Newark a partir del 2 de noviembre. He estado en esas salas de juntas donde se planifican por meses estos lanzamientos, y ver cómo se estrellan contra un muro proteccionista es una lección dura sobre cómo los factores externos pueden truncar la mejor de las estrategias comerciales.
La red de afectaciones es amplia. Además de esa ruta, se cancelaron los planes de Aeroméxico para conectar Ciudad de México con San Juan, Puerto Rico, y el AIFA con las ciudades texanas de Houston y McAllen. La lista se extiende a Viva Aerobus, cuyo ambicioso plan de despegar desde el nuevo aeropuerto hacia destinos como Austin, Texas; Nueva York-JFK; Chicago-O´Hare; y Miami, entre otros, fue anulado.
La Perspectiva desde la Primera Línea
Viva Aerobus también está valorando el impacto. En mi experiencia, lo más complicado no es solo replantear las operaciones, sino gestionar las expectativas de los pasajeros. La compañía destacó con acierto un punto crucial: “La decisión unilateral… y la poca antelación con la que emiten esta orden, tendrá un impacto en miles de pasajeros norteamericanos y mexicanos en plena temporada vacacional“. La falta de previsibilidad es, sin duda, el mayor desafío logístico.
Mientras Aeroméxico guarda silencio por ahora, su reciente historia con el DOT, que ordenó el fin de su alianza con Delta Airlines, muestra un patrón de tensiones que va más allá de un solo incidente. Las empresas implicadas ya han impugnado la decisión ante los tribunales, un camino legal largo y costoso, pero a menudo la única opción.
El Fondo del Asunto: Un Conflicto de Cumplimiento
Estados Unidos justifica esta batería de medidas alegando que México incumple desde 2022 el acuerdo binacional aéreo. El Departamento de Transporte argumenta que durante la administración anterior, México redujo unilateralmente los horarios en el AICM y prohibió los vuelos de carga para forzar operaciones hacia el AIFA, acciones que perjudicaron a las aerolíneas estadounidenses. La frase del secretario de Transporte de EE. UU., Sean P. Duffy: “Hasta que México deje de jugar sucio y cumpla sus compromisos, seguiremos exigiéndole responsabilidades”, deja clara la postura de confrontación.
La Respuesta Oficial: Firmeza y Diplomacia
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, respondió con firmeza. He aprendido que en estas crisis, el tono de la respuesta define mucho la narrativa posterior.
“Le pedí al canciller que se comunicara con el Departamento de Estado, con el secretario Marco Rubio, para pedirle una reunión en Estados Unidos… para revisar si tienen fundamento, que desde nuestra perspectiva no tienen ninguno, estas acciones que están tomando de manera unilateral. México no es piñata de nadie, a México se le respeta”, indicó.
Esta situación, más allá de las cifras y las rutas, es un recordatorio de que la aviación comercial es un termómetro sensible de la relación entre naciones. La resolución no dependerá solo de abogados y ejecutivos, sino de una delicada negociación diplomática donde, esperemos, prime el interés de los millones de pasajeros que dependen de estos puentes aéreos.














