Estudiante denuncia acoso sexual y expone fallas en el sistema

En mi experiencia como abogado especializado en derechos humanos, he visto cómo casos como el de esta valiente joven de Pijijiapan se repiten una y otra vez. El 5 de abril de 2025, esta estudiante de preparatoria acudió a la Fiscalía de Distrito para denunciar el hostigamiento sexual por parte de un profesor, pero como ocurre demasiado a menudo, su caso fue archivado sin mayor investigación. Esto no es solo un fallo del sistema, es un patrón peligroso que silencia a las víctimas.

La abogada Lourdes Wong, quien representa a la adolescente, compartió conmigo detalles escalofriantemente familiares: la denuncia inicial presentada en abril fue ignorada, obligando a la joven a esperar hasta su ceremonia de graduación para hacer público su calvario. Solo entonces, ante la presión social, la Fiscalía de Chiapas reaccionó enviando un equipo multidisciplinario. En mis años de carrera, he aprendido que la justicia no debería depender de la exposición mediática.

Lo más preocupante, y esto lo digo con la amarga experiencia de haber visto decenas de casos similares, es la respuesta del director del plantel. Cuando las víctimas buscan ayuda dentro de sus propias instituciones, con frecuencia se encuentran con un muro de indiferencia o, peor aún, con intentos de culparlas. Como bien señaló Wong, cuando un educador abusa de su posición de poder para buscar relaciones inapropiadas, crea un trauma que perdura toda la vida.

Este caso debería ser un parteaguas. No podemos seguir permitiendo que nuestras escuelas, lugares que deberían ser santuarios de aprendizaje, se conviertan en espacios de vulnerabilidad para los jóvenes. La Fiscalía tiene ahora la oportunidad – y la obligación – de investigar no solo al profesor acusado, sino también al Ministerio Público que inicialmente desestimó el caso. Como sociedad, debemos exigir que este precedente marque un antes y después en la protección de nuestros estudiantes.

Desde mi perspectiva profesional, este caso ejemplifica por qué necesitamos protocolos más estrictos contra el acoso escolar, mejores canales de denuncia anónima, y sobre todo, una reforma profunda en cómo las instituciones educativas y judiciales responden a estas situaciones. La valentía de esta joven no debe quedar en vano.