Una movilización ciudadana clama justicia en Durango
La comunidad de Durango se congregó este sábado en una marcha convocada por el padre de Paloma Nicole, la adolescente de 14 años cuya muerte tras una intervención de cirugía estética ha conmocionado a la sociedad. La protesta, que recorrió el centro de la ciudad hasta la plaza de Armas, fue un acto colectivo de apoyo a la familia y una demanda contundente ante un sistema que falló.
Carlos Arellano, el progenitor, agradeció la solidaridad y fue claro en sus exigencias: no basta con la detención de los implicados, la madre y el cirujano—quien también era el padrastro de la joven—, sino que se requiere una sentencia ejemplar que impida su salida de prisión. Su testimonio refleja el devastador impacto de la pérdida: “Es un dolor que aniquila toda esperanza”, declaró, evidenciando la profunda crisis que atraviesa.
La fiscalía local confirmó la aprehensión de los dos presuntos responsables. Este caso abre un debate urgente sobre la regulación de los procedimientos estéticos, la ética médica y el consentimiento informado, especialmente cuando involucra a menores de edad. La abuela de la víctima, Hilda Margarita Aragón, subrayó que la impunidad no es una opción, ya que el acto no solo arrebató una vida llena de potencial, sino que destrozó irreversiblemente el núcleo familiar.
Este suceso se enmarca en una era donde la presión social por los cánones de belleza y la accesibilidad a ciertos tratamientos chocan frontalmente con la necesidad de una supervisión rigurosa. La tragedia de Paloma Nicole se convierte así en un símbolo de la lucha por la seguridad de los jóvenes y la rendición de cuentas en el ámbito de la salud.