Explosión de pipa de gas en Iztapalapa deja decenas de heridos

Una tarde de caos y preguntas sin respuesta

La aparente normalidad de una tarde de miércoles en el Puente de la Concordia, Iztapalapa, se fracturó violentamente a las 14:20 horas. Una pipa de gas con capacidad para 49,500 litros de combustible estalló en una explosión cuyo eco resonó más allá del paradero de Santa Marta, dejando a su paso un panorama de devastación y 57 personas lesionadas, según el reporte inicial de las autoridades capitalinas.

Pero detrás de las cifras oficiales se esconde una realidad más compleja. ¿Qué provocó realmente la detonación de un vehículo de tales características? Nuestra investigación revela que 19 de los heridos se encuentran en estado crítico, distribuidos en siete centros hospitalarios distintos: el Juan Ramón de la Fuente, el Emiliano Zapata, el IMSS Reyes la Paz, la Clínica ISSSTE Morelos, el ISSSTE Zaragoza, el Instituto Nacional de Rehabilitación y el Hospital Rubén Leñero.

El fuego consumió 18 vehículos particulares antes de que los equipos de emergencia lograran controlar las llamas después de una hora y media de intenso trabajo. Mientras la jefa de Gobierno y la alcaldesa de Iztapalapa, Aleida Alavez Ruiz, instalaban un puesto de mando, las interrogantes comenzaban a multiplicarse.

Testigos presenciales describen escenas de pánico y desesperación minutos después de la explosión. “El cielo se tornó naranja y el calor se sintió a cientos de metros”, relata un comerciante de la zona que prefirió mantener su identidad en reserva. ¿Existían protocolos de seguridad adecuados para el transporte de materiales peligrosos en esta zona densamente poblada?

Como medida preventiva, los servicios de RTP y Trolebús fueron suspendidos inmediatamente, mientras que la circulación de la Autopista México-Puebla permanece cerrada en ambos sentidos entre Eje 6 y Calzada Ermita Iztapalapa, paralizando una de las vías más importantes de conexión en la ciudad.

Aunque las autoridades confirmaron que no se registran personas fallecidas, la magnitud del incidente obliga a cuestionar los mecanismos de supervisión para el transporte de combustibles en áreas urbanas. Esta explosión no es un hecho aislado, sino el síntoma de un problema estructural que requiere una investigación profunda y transparente.

La verdad completa sobre lo ocurrido en Iztapalapa aún está por determinarse. Lo que hoy parece un accidente trágico podría revelar, tras una investigación minuciosa, fallas sistemáticas en la cadena de seguridad que ponen en riesgo constante a la población. La búsqueda de respuestas acaba de comenzar.

ANUNCIATE CON NOSOTROS

Scroll al inicio