Foto: El Universal.
El ecosistema de las farmacias independientes en México enfrenta una crisis dual: la presión del crimen organizado y el auge del mercado negro de fármacos. Solo en 2025, estos establecimientos han sufrido pérdidas estimadas en 50 millones de pesos debido a extorsiones, un delito que se ha intensificado un 50% en zonas como Iztapalapa, Chalco y Los Reyes, según Juvenal Becerra Orozco, director de la Unión Nacional de Empresarios de Farmacias (Unefarm).
Las cuotas ilegales, que oscilan entre 10,000 y 500,000 pesos, han forzado a los propietarios a implementar estrategias de resiliencia como ajustar horarios y contratar seguridad privada para proteger a su personal y su operación. Aunque estados como Michoacán, Guerrero y Tamaulipas han visto una reducción en estos ilícitos gracias a la colaboración con autoridades, la situación en el centro del país es crítica.
Paralelamente, el desabasto en el sector salud público ha catalizado un fenómeno preocupante: el 40% de los medicamentos que se consumen en el país son irregulares, un incremento del 10% respecto a 2024. Esta brecha es aprovechada por plataformas digitales y redes sociales no reguladas que comercian con fármacos, often clonados o adulterados, explotando la vulnerabilidad de pacientes con padecimientos crónicos.
Las farmacias independientes se posicionan como un bastión frente a esta crisis, intentando garantizar el abasto y precios accesibles. Sin embargo, Becerra Orozco alerta sobre los riesgos de adquirir medicamentos en tianguis o sitios web sin certificación. La clave para el consumidor reside en verificar minuciosamente el empaque, el registro sanitario, el lote, la fecha de caducidad y el laboratorio fabricante. En la era digital, la autenticidad del medicamento se convierte en una cuestión de seguridad vital.