MONTERREY, NL. — La narrativa oficial de seguridad se resquebrajó este martes. Mientras la Fiscalía General de Justicia del Estado apuntó rápidamente hacia Tamaulipas como el origen de los hombres armados que sembraron el caos en las carreteras hacia Nuevo Laredo, las preguntas incómodas comenzaron a surgir. ¿Es realmente tan sencillo atribuir la responsabilidad a un estado vecino, o existe una estrategia deliberada de desviar la atención?
Tras una reunión de seguridad celebrada en el Palacio de Gobierno, el Fiscal Javier Flores ofreció una versión de los hechos que, lejos de aclarar, profundiza el misterio. Según su declaración, los agresores se desplazan habitualemente desde el estado colindante hacia Nuevo León, operando con impunidad en la zona norte. Pero, ¿qué documentos o inteligencia respaldan esta afirmación? La investigación revela que los reportes ciudadanos y oficiales detallan al menos dos asaltos en las vías hacia la frontera. Los delincuentes iniciaron su escalada de violencia balaceando a un conductor de tráiler para, posteriormente, enfrascarse en un cruce de fuego con policías estatales en los municipios de Ciénega de Flores y Salinas Victoria.
La ironía es palpable. La misma Carretera a Laredo que conecta con el cruce de La Gloria-Colombia ha sido publicitada insistentemente por la administración estatal como un corredor seguro para el tránsito hacia Estados Unidos. Los eventos de ayer no solo exponen la vulnerabilidad de la región, sino que ponen en tela de juicio dichas garantías. Lo más revelador, sin embargo, fue el reconocimiento del propio Fiscal: la autoridad cuenta con escasa información sobre lo ocurrido y confirmó la ausencia total de personas detenidas.
“Fue un enfrentamiento sin que hubiera aprehensiones, no tenemos muchos elementos de eso”, concluyó Flores. Esta admisión deja al descubierto una verdad inquietante: tras el humo de los disparos y la retórica oficial, la impunidad sigue siendo la única constante. La investigación persiste para conectar los puntos que, por ahora, parecen deliberadamente inconexos.
