Flores y sangre el absurdo homenaje a funcionarios asesinados

En un acto que mezcla lo patético con lo macabro, la alcaldía Benito Juárez se convirtió en el escenario perfecto para la tragicomedia nacional: un homenaje compuesto por margaritas de supermercado y una vela de 99 centavos rinde tributo a dos funcionarios asesinados, mientras la mancha de sangre aún fresca sirve de alfombra roja para este espectáculo de duelo low-cost.

Las flores, envueltas en papel celofán con mensajes en inglés —porque nada dice “luto patriótico” como un lema sacado de tarjeta Hallmark—, apuntan solemnemente hacia las rejas del bajo puente, como si la infraestructura urbana fuera cómplice silencioso del crimen. A su lado, la veladora solitaria parece más un accesorio de decoración que un símbolo de memoria, iluminando irónicamente la ineptitud de un sistema donde los muertos reciben más flores que justicia.

Mientras tanto, los transeúntes cumplen su papel de extras en esta obra de teatro absurda: se detienen, miran, susurran y siguen su camino, bajo la atenta mirada de cuatro policías que custodian el perímetro como si las margaritas fueran evidencia de un crimen… o quizá de la parodia misma.

Y así, entre cristales rotos y gotas de sangre secándose al sol, México ofrece otro capítulo de su serie favorita: Violencia con Flores, donde cada episodio demuestra que aquí los muertos reciben poemas, los vivos promesas vacías, y nadie pregunta por qué seguimos repitiendo el guión.