Desde mi perspectiva, tras años de observar la evolución de la cooperación en seguridad entre naciones, puedo afirmar que la decisión del Senado mexicano de autorizar este entrenamiento es un movimiento estratégico de gran calado. No se trata simplemente de un permiso administrativo; es una inversión en capacidades de élite que, en el campo real, marcan la diferencia entre el éxito y el fracaso en operaciones críticas.
Foto: El Universal.
He sido testigo de cómo estos intercambios de instrucción especializada forjan un profesionalismo incomparable. La aprobación por unanimidad y mediante el procedimiento de vía rápida para la salida de 60 efectivos de la Unidad de Operaciones Especiales de la Armada de México refleja un consenso sobre su urgencia e importancia. La experiencia me ha enseñado que cuando las instituciones se alinean con tal agilidad, es porque reconocen un beneficio operativo tangible e inmediato.
Un detalle crucial que quizás pasa desapercibido para el público, pero que cualquier veterano valora, es la logística. El traslado en un avión de carga Hércules C-130 de la Fuerza Aérea Estadounidense, con equipo táctico y armamento (aunque sin municiones), es un protocolo estándar que garantiza seguridad y eficiencia. He participado en ejercicios similares y sé que esta coordinación logística es el primer test de la interoperabilidad entre fuerzas aliadas.
La participación en el Ejercicio SOF No. 9 en Camp Shelby, Mississippi, tiene un objetivo medible: Aumentar la Capacidad Operacional. Esto no es teoría; es una inmersión práctica en tácticas de vanguardia. A lo largo de mi carrera, he visto cómo este tipo de entrenamientos conjuntos perfeccionan habilidades de inteligencia, contrainsurgencia y respuesta rápida, que luego se aplican directamente en la protección de nuestro territorio nacional.
Finalmente, la exigencia del Senado de un informe detallado sobre los resultados obtenidos es, en mi opinión, una de las partes más acertadas del acuerdo. He aprendido que la rendición de cuentas es lo que transforma una experiencia de entrenamiento en una mejora institucional duradera. Este documento no será un mero trámite; será la hoja de ruta para integrar las lecciones aprendidas y fortalecer permanentemente a nuestras fuerzas especiales.