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Ganaderos exigen cerrar la frontera sur por plaga que paraliza exportaciones

La industria ganadera mexicana enfrenta una tormenta perfecta: medidas unilaterales, descoordinación gubernamental y una plaga que amenaza el patrimonio nacional.

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Chihuahua, México — Detrás del polémico cierre de la frontera por parte de Estados Unidos a las exportaciones ganaderas mexicanas se esconde una trama de descoordinación institucional, intereses económicos cruzados y una amenaza biológica que podría extenderse como pólvora. Investigaciones exclusivas revelan cómo el gusano barrenador del Nuevo Mundo se ha convertido en el detonante de una crisis que expone las grietas en el sistema de sanidad animal mexicano.

“No somos moneda de cambio de la corrupción e inacción que ocurre en el sur”, denuncia Álvaro Bustillos, presidente de la Unión Ganadera Regional de Chihuahua, en una entrevista exclusiva. Documentos internos obtenidos por nuestro equipo muestran que, mientras los estados norteños invirtieron millones en protocolos sanitarios avalados por SENASICA y APHIS, las zonas centro-sur del país operaban con controles laxos. ¿Fue esto un factor clave para el veto estadounidense?

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Fuentes dentro del USDA confirmaron a este medio que la decisión se tomó tras detectarse al menos 17 casos no contenidos en Chiapas y Tabasco. Sin embargo, aquí surge la primera incongruencia: el ganado de exportación del norte pasa por tres filtros sanitarios, incluyendo tratamientos con ivermectina. Entonces, ¿por qué pagar justos por pecadores?

Un informe técnico de la UGRCH —al que tuvimos acceso— detalla cómo la plaga podría saltar a especies silvestres y convertirse en una bomba de tiempo epidemiológica. “Esto va más allá de pérdidas económicas; es una cuestión de seguridad nacional”, advierte Bustillos. Curiosamente, mientras los ganaderos exigen cerrar la frontera sur, algunos engordadores del centro del país se benefician con precios hasta 35% más bajos. ¿Coincidencia o estrategia?

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Lo más revelador: documentos del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (SENASICA) muestran que el protocolo binacional contra el gusano barrenador incluía contingencia para seguir exportando incluso con casos activos, siempre que se aplicaran medidas drásticas. ¿Por qué México no activó este mecanismo? Fuentes gubernamentales que pidieron anonimato señalan fallas en la trazabilidad del ganado proveniente de Guatemala.

La gota que derramó el vaso llegó vía Twitter: el anuncio unilateral de la secretaria Brooke Rollins tomó por sorpresa incluso a funcionarios mexicanos. “Si EU puede cerrarnos la frontera con un tuit, ¿por qué nosotros no actuamos con la misma determinación?”, cuestiona Bustillos. Esta publicación desnuda una cruda realidad: mientras las autoridades mexicanas debatían protocolos, los ganaderos del norte ya sufrían pérdidas millonarias.

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Al cierre de esta edición, nuevas evidencias sugieren que la plaga podría haber llegado a través de contrabando de ganado centroamericano. Una pregunta queda flotando: ¿Estamos ante un fracaso sanitario o una crisis política disfrazada de emergencia zoosanitaria?

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