En el marco de “La Mañanera del Pueblo” celebrada este 13 de noviembre de 2025, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo realizó el lanzamiento oficial del programa nacional “El Maíz es la Raíz”, una iniciativa estratégica del Gobierno Federal diseñada para fortalecer la producción de maíz nativo, mejorar las condiciones de vida de los productores rurales y proteger las variedades originarias de este grano fundamental para la identidad cultural mexicana.
María Luisa Albores González, titular de la Dirección General de Alimentación para el Bienestar, explicó durante su intervención que el programa está estructurado para impulsar el desarrollo técnico, financiero y organizativo de ejidatarios, comuneros y pequeños productores dedicados al cultivo de maíz en diversas regiones del país. El objetivo central, según señaló, es “dignificar el trabajo campesino y revalorizar el maíz como símbolo de identidad, cultura y soberanía alimentaria”, reconociendo así su papel trascendental en la historia y economía nacional.
El programa contempla una serie de apoyos integrales que permitirán a las comunidades rurales establecer cooperativas, tortillerías y pequeñas empresas especializadas en la producción de derivados del maíz nativo, como tostadas, totopos y tortillas, todo ello bajo el marco conceptual de la economía social y solidaria. Esta iniciativa incorpora además una perspectiva de género explícita, promoviendo activamente la participación de mujeres campesinas en los procesos de organización y liderazgo dentro de las estructuras cooperativas locales.
La presidenta Sheinbaum enfatizó que la iniciativa trasciende el mero incremento de la producción agrícola, buscando fundamentalmente agregar valor al producto final mediante procesos de transformación que permitan a las comunidades rurales generar ingresos justos y sostenibles. “El maíz no es solo un cultivo, es parte de nuestra historia y de nuestra fuerza como nación. Por eso este programa reconoce a las comunidades como guardianas de las razas nativas del maíz mexicano”, afirmó durante su exposición.
La implementación del programa se realizará mediante atención directa en comunidades rurales, con especial énfasis en aquellas localidades donde los campesinos mantienen el cultivo de variedades originarias de maíz, reconociendo así su papel como custodios del patrimonio biocultural del país. Esta aproximación busca preservar y fortalecer los conocimientos tradicionales asociados al cultivo del maíz, al tiempo que incorpora mejoras técnicas y organizativas.
Entre los componentes estructurales del proyecto, Albores González detalló la creación de “comunidades milperas”, cada una integrada por 100 campesinas o campesinos, quienes contarán con el acompañamiento de un joven del programa Jóvenes Construyendo el Futuro. Este diseño organizativo tiene como propósito específico fomentar el relevo generacional y fortalecer la transmisión intergeneracional de conocimientos agrícolas tradicionales, asegurando así la continuidad de las prácticas milenarias asociadas al cultivo del maíz.
Cada grupo de trabajo estará vinculado con 100 familias, con las cuales se desarrollarán estrategias integrales de capacitación y rescate de saberes campesinos, complementadas con programas de conservación de semillas nativas y prácticas agroecológicas. Este enfoque comunitario busca fortalecer las redes de conocimiento local mientras se introducen mejoras técnicas que incrementen la productividad sin comprometer la sostenibilidad ambiental.
La implementación territorial del programa dividirá al país en ocho regiones agroproductivas, cada una contará con equipos especializados y una coordinación nacional encargada de articular los esfuerzos y garantizar que los apoyos lleguen de manera efectiva a los productores. Un aspecto clave de la estrategia consiste en que la producción incorpore valor agregado, impulsando específicamente la transformación del maíz nativo en productos derivados que fortalezcan la economía local y regional.
Sheinbaum estableció que la meta de cobertura para 2026 alcanzará las 677 mil hectáreas, con el objetivo estratégico de incrementar la producción nacional de maíz en un 20% mediante la aplicación de mejoras agronómicas y el uso de maquinaria adaptada a las condiciones específicas de cada región. Este incremento productivo deberá alcanzarse manteniendo el compromiso con la preservación de las variedades nativas y los principios agroecológicos.
El programa promoverá activamente la creación de cooperativas rurales que permitan comercializar los productos del maíz nativo a precios justos, estableciendo canales de comercialización que garanticen que las ganancias beneficien directamente a las familias campesinas. Este componente comercial busca romper con las tradicionales estructuras de intermediación que históricamente han limitado los ingresos de los productores de pequeña escala.
Con “El Maíz es la Raíz”, el gobierno federal apuesta por un modelo de soberanía alimentaria con justicia social que reconoce el papel histórico del campo mexicano y busca asegurar que el maíz —considerado el corazón de la cultura nacional— siga siendo raíz, sustento e identidad del pueblo de México. Esta iniciativa representa un esfuerzo comprehensivo por revalorizar no solo un cultivo, sino toda una cosmovisión que ha sustentado la alimentación y la cultura mexicana a lo largo de siglos.

















