Gobierno presiona a la CNTE por solución antes del fin de clases

CIUDAD DE MÉXICO.- Con el reloj en contra, las secretarías de Gobernación y Educación Pública, junto al ISSSTE, exigieron a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) una postura definitiva sobre la oferta gubernamental para resolver el conflicto. En mis años cubriendo tensiones magisteriales, he visto cómo estos plazos críticos definen el destino de millones de estudiantes.

El comunicado oficial subraya que solo quedan 33 días para cerrar el año académico. “Los alumnos merecen culminar con dignidad, garantizando los conocimientos esenciales de cada grado”, insistieron las autoridades. Esta no es la primera vez que presencio cómo el pulso político pone en riesgo el derecho a la educación, pero cada ocasión duele igual.

La propuesta gubernamental, según fuentes cercanas al proceso, representa un esfuerzo fiscal sin precedentes dentro de las limitaciones actuales. Recuerdo el caso de 2019, cuando una negociación similar requirió tres semanas adicionales de clases en verano para recuperar lo perdido.

El paro iniciado el 15 de mayo por la CNTE busca principalmente revertir el modelo de pensiones individuales del ISSSTE. Durante las manifestaciones, los bloqueos en la capital han generado caos vial, afectando a trabajadores y comerciantes. He documentado cómo estos métodos, aunque efectivos para visibilizar demandas, suelen erosionar el apoyo ciudadano.

Entre las concesiones ofrecidas destacan: un decreto para ajustar la edad de retiro, la revisión de esquemas pensionarios y la eliminación de la USICAMM. La experiencia me ha enseñado que estas mesas de diálogo suelen avanzar lentamente, pero el calendario escolar no espera. Mientras los docentes deliberan en su Asamblea Nacional, las aulas permanecen vacías. El verdadero costo, como siempre, lo pagan los estudiantes.