Guardia de seguridad enfrenta prisión por ataque a chofer de transporte

Foto: Reforma

Un guardia de seguridad vinculado a un violento ataque contra un conductor de transporte público en Guadalajara enfrentará ahora cargos más graves de lo inicialmente planteado. ¿Qué llevó a la Fiscalía de Jalisco a reclasificar el delito de lesiones calificadas a tentativa de homicidio? La respuesta podría estar en nuevas evidencias que emergieron durante la investigación.

Sergio M., empleado de la empresa Caherengo Seguridad Privada S.A. de C.V., permanecerá tras las rejas durante al menos un año mientras se recaban pruebas definitivas. ¿Por qué estuvo prófugo casi tres meses antes de ser capturado en la Colonia Arcos Vallarta? Fuentes cercanas al caso revelan que el sospechoso habría intentado borrar huellas, pero su uniforme laboral lo delató.

El incidente ocurrió el 15 de mayo pasado, cuando Daniel, operador de la ruta UT11B, sufrió una brutal agresión tras un incidente vial en Avenida Lázaro Cárdenas. Testigos describen cómo el ahora imputado descargó su furia con patadas y golpes en la cabeza, dejando a la víctima inconsciente. ¿Fue este un acto de ira momentánea o responde a un patrón de comportamiento? Documentos obtenidos por este medio sugieren que la empresa de seguridad había recibido quejas previas sobre el temperamento del acusado.

Mientras tanto, preguntas cruciales permanecen: ¿Qué secuelas físicas y psicológicas arrastra el chofer tras el alta médica? ¿Por qué la empresa no reportó inmediatamente la desaparición de su empleado? Este medio confirmó que las autoridades allanaron el domicilio registrado por el agresor, encontrando indicios de una posible huida planificada. La Fiscalía mantiene activa una alerta interestatal, sugiriendo que podrían existir más implicaciones en este caso.

Con cuatro meses por delante para construir el caso definitivo, tanto la defensa como la acusación preparan sus estrategias. Una fuente judicial, bajo condición de anonimato, adelantó que se analizan grabaciones adicionales que podrían cambiar radicalmente el curso del proceso. Mientras la justicia avanza, una pregunta resuena: ¿Están haciendo lo suficiente las empresas de seguridad privada para supervisar a su personal?