Hermosillo exige justicia tras la tragedia en Waldo’s

Hermosillo exige justicia tras la tragedia en Waldo’s

El epicentro urbano de Hermosillo se tiñó de negro este jueves en una muestra de duelo colectivo. Estudiantes de educación superior, parientes de los afectados y ciudadanos conscientes protagonizaron una caminata cívica por el casco antiguo municipal, recordando a las 24 personas fallecidas y 14 lesionadas en el siniestro del 1 de noviembre en el establecimiento comercial Waldo’s del centro.

Portando crisantemos blancos, cirios y retratos de sus desaparecidos, los participantes avanzaron en una protesta no violenta impregnada de aflicción, rabia contenida y anhelo de transformación. Coreando consignas como “Retirada de Waldo’s”, “¡Negligencia corporativa, no accidente!”, “¡Caminamos por su memoria!” y “¡Solidaridad activa!”, demandaron equidad judicial y transparencia absoluta en la investigación del suceso. La concentración, organizada por la Asociación de Estudiantes Universitarios de Sonora (Adeus), congregó a alumnado de múltiples colectivos académicos, organizaciones de la sociedad civil y residentes comprometidos con la causa.

Vistiendo prendas oscuras como señal de luto, la multitud inició su recorrido desde las escalinatas del Museo Universitario hasta el inmueble carbonizado, aún restringido y con residuales olores a combustión, representación tangible de un evento catastrófico que traumatizó a la colectividad hermosillense.

En los aledaños de la estructura devastada, se ejecutó una ceremonia de nombramiento de las 24 personas fallecidas. Cada identidad fue coreada por la concurrencia. Una cifra “24” conformada con luminarias encendidas en un altar espontáneo que ha incrementado su volumen diariamente, funcionó como memorial y tributo a las ausencias irreparables.

Se exhibieron las imágenes de Guadalupe Córdova, Jesús Murrieta, Jhoana Hernández, María del Carmen Aguilar, Zelma Quintero y sus vástagos Rafael y Danna, Maribel Castro y su descendiente Alejandro, Lupita Castro —en estado de gestación avanzada—, Karla Cota y sus hijos José y Diego, Julio César Salas, María Guadalupe Pérez, Marcos González, Joaquín Ortiz, María Luz Tánori, Edith Villa y su hija Corina, Ana María Cortés, Marcos Segundo y Carlos Arriola Ramírez.

Entre las personas fallecidas se cuenta una mujer de 38 años natural de Caborca, cuya identidad permanece en reserva por decisión familiar.

Durante el acto conmemorativo, el docente de la Facultad de Jurisprudencia Óscar Medina Díaz proclamó un manifiesto en representación de la comunidad académica, expresando condolencias y exigiendo reparación legal:

“Hoy nos articula el quebranto, la indignación y la expectativa de cambio. Resulta inaceptable permitir que esta catástrofe se diluya en el olvido institucional. Cada existencia truncada encarna una obligación que el aparato estatal y el tejido social deben enfrentar con veracidad y medidas concretas”.

Los representantes estudiantiles, mediante la voz de Paul Axel Medellín, plantearon la instauración de la “Legislación 1 de Noviembre”, normativa que obligaría a instituciones educativas, negocios y espacios públicos a implementar protocolos rigurosos de seguridad estructural y protección civil, evitando la repetición de tragedias como la de Waldo’s. Paralelamente, propusieron la creación de un observatorio ciudadano autónomo para auditar su cumplimiento efectivo.

Al término de la movilización, los concentrados se trasladaron hacia la sede del Ejecutivo estatal, donde depositaron velas e imágenes en homenaje a las víctimas.

En ese escenario, los manifestantes esbozaron la organización de una caravana multitudinaria hacia la capital mexicana, para solicitar directamente a la presidenta Claudia Sheinbaum que la Fiscalía General de la República asuma la investigación principal y sancione ejemplarmente a los responsables, “prescindiendo de consideraciones partidistas o influencias de poder”.

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