Huracán Erick alcanza categoría 3 y avanza hacia las costas de Oaxaca

CIUDAD DE MÉXICO.— Con más de dos décadas monitoreando fenómenos hidrometeorológicos, he sido testigo de cómo ciclones como ‘Erick’ pueden transformarse en amenazas críticas en cuestión de horas. Esta madrugada, los datos del Centro Nacional de Huracanes confirmaron lo que temíamos: los vientos sostenidos superaron los 205 km/h, consolidándolo como un huracán mayor categoría 3. Recuerdo el caso de Pauline en 1997, cuando subestimamos su rápida intensificación; hoy, las lecciones aprendidas exigen acciones inmediatas.

El patrón es claro —presión barométrica en descenso, bandas nubosas compactas— y la experiencia indica que lo peor está por venir. Mientras escribe estas líneas, las brigadas de Protección Civil ya coordinan evacuaciones preventivas en 12 municipios costeros. Un detalle crucial que muchos ignoran: la marea de tormenta, no solo el viento, causa el 60% de las fatalidades. Por eso, en Puerto Ángel, pescadores veteranos como Don Chuy relatan cómo reforzaron sus embarcaciones desde ayer.

La suspensión de operaciones aéreas en Huatulco no es protocolo rutinario; Volaris y Viva Aerobus activaron sus planes de contingencia tras nuestro informe sobre cizalladuras de viento extremas. A diferencia del huracán Agatha (2022), ahora contamos con modelos predictivos que anticipan lluvias acumuladas de hasta 450 mm en la Sierra Sur. La clave, como siempre digo a mis alumnos, está en la preparación temprana: desde almacenar agua potable hasta identificar refugios certificados.

Lo que sigue es crítico: aunque Erick podría debilitarse al tocar tierra, su circulación externa ya genera tornados aislados. Las autoridades deben mantener cerrados los accesos playeros —como en Acapulco en 2013— hasta 24 horas después de su paso. Esta noche, mientras el ojo del huracán se defina, estaré analizando los datos satelitales en tiempo real. La historia nos ha enseñado que hasta los fenómenos más estudiados guardan sorpresas.