La Alianza Norteamericana se Reinventa ante la Disrupción Eléctrica
La Asociación de Fabricantes de Autopartes de Canadá (APMA) ha manifestado un firme respaldo a la actualización del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), posicionándolo como un pilar fundamental para la resiliencia económica y la competitividad global del ecosistema automotor de América del Norte. El organismo alerta que, frente al avance disruptivo de China en movilidad eléctrica y manufactura 4.0, la región debe consolidar su integración estratégica.
La APMA advirtió que el posicionamiento de Norteamérica en el panorama automotriz internacional depende críticamente de la colaboración trilateral establecida en el T-MEC, la cual requiere un fortalecimiento inmediato para evitar la obsolescencia competitiva. Una fragmentación del mercado, señalaron, allanaría el camino para que China conquiste segmentos clave de alto valor, como la fabricación de baterías de última generación y la electrificación vehicular.
La agrupación denunció que los fabricantes del gigante asiático, respaldados por subsidios gubernamentales, generan un exceso de capacidad productiva que distorsiona los precios globales y erosiona los cimientos industriales de las tres naciones signatarias. El subsector de estampado y troquelado, esencial para el ensamblaje final y la producción de componentes, se encuentra entre los más vulnerables.
En un análisis presentado a las autoridades comerciales estadounidenses, la APMA destacó que el clúster industrial binacional entre Ontario y Michigan ya sufre el impacto de estas tácticas comerciales agresivas, que inundan el mercado con productos por debajo de su costo real. Esta situación pone en jaque la sostenibilidad de operaciones manufactureras críticas en el corazón industrial de la región.
Flavio Volpe, presidente de la APMA, enfatizó la interdependencia estratégica: los fabricantes canadienses y mexicanos son pilares irremplazables para la competitividad de Estados Unidos. Mientras Canadá aporta componentes de precisión y alta calidad que garantizan la continuidad operativa, México contribuye con capacidad industrial escalable, flexibilidad laboral y una integración logística fundamental para los consorcios automotrices globales.
Para contrarrestar estos desafíos, la APMA propuso una modernización integral del T-MEC que incluya: agilizar el cumplimiento de las reglas de origen, impulsar la transición hacia la movilidad cero emisiones, armonizar los sistemas aduaneros digitales y facilitar el acceso de las PyMEs a las cadenas de valor. También solicitó reforzar los mecanismos de solución de controversias comerciales.
En conclusión, la asociación reafirmó que el T-MEC ha catalizado una integración regional más profunda, con incrementos tangibles en inversión, contenido regional y generación de empleo dentro del sector automotriz norteamericano, un activo que debe protegerse y potenciarse.



















