INE y ANUIES unen esfuerzos para promover participación electoral en universidades

CIUDAD DE MÉXICO.- En un movimiento que marca un hito para la educación cívica en México, el Instituto Nacional Electoral (INE) y la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) sellaron un acuerdo histórico. Este convenio, firmado con la solemnidad que merece un momento crucial para nuestra democracia, busca llevar los derechos político-electorales a las aulas universitarias, justo cuando el país se prepara para la trascendental elección del Poder Judicial.

Como testigo de décadas de procesos electorales, he visto cómo las alianzas estratégicas como esta pueden cambiar el rumbo de la participación ciudadana. Luis Armando González Placencia, secretario general Ejecutivo de ANUIES, captó perfectamente la esencia al señalar: “Estamos ante una oportunidad única para que nuestros jóvenes, muchos debutantes en el ejercicio del voto, vivan de cerca este momento histórico que transformará uno de los tres Poderes de la Nación”. Sus palabras me recordaron aquellos años 90, cuando iniciamos los primeros esfuerzos serios por llevar la cultura democrática a las universidades.

Claudia Espino, secretaria ejecutiva del INE, destacó con acierto el papel fundamental de las universidades como agentes de cambio. “En mi experiencia – y esto lo he comprobado en numerosos procesos electorales – las instituciones educativas son el semillero ideal para formar ciudadanos críticos e informados”, comentó durante la firma. El convenio incluye no solo la difusión de derechos electorales, sino también el desarrollo de proyectos democráticos concretos y la promoción de una cultura de inclusión que tanto necesita nuestro sistema judicial.

Este acuerdo representa mucho más que un simple trámite burocrático. Como bien señalaron ambos organismos, se trata de una apuesta por reconstruir el tejido social desde las aulas, donde se forman los futuros jueces, abogados y, sobre todo, ciudadanos conscientes. En un país donde la desconfianza en las instituciones ha sido históricamente un desafío, iniciativas como esta son el tipo de soluciones prácticas que realmente marcan la diferencia.

Las lecciones aprendidas en elecciones pasadas nos muestran que cuando las universidades se involucran activamente en procesos democráticos, los resultados son tangibles: mayor participación, votantes mejor informados y, lo más importante, una ciudadanía que ejerce sus derechos con plena conciencia de su poder transformador.