Infonavit adopta la firma digital para modernizar sus contrataciones

Infonavit implementa firma electrónica con proveedores

Foto: El Universal.

El Consejo de Administración del Instituto del Fondo Nacional de la Vivienda para los Trabajadores (Infonavit) ha dado un paso decisivo al autorizar el uso de la Firma Electrónica Avanzada (FEA) en todos sus actos jurídicos. Esta medida, que abarca adquisiciones, arrendamientos, contratación de servicios y obras, no es solo una actualización tecnológica; es, desde mi perspectiva tras años observando la administración pública, un cambio de paradigma hacia la eficiencia y la rendición de cuentas.

Recuerdo los antiguos procesos, con pilas de documentos físicos que viajaban de escritorio en escritorio, firmas que se perdían y plazos que se dilataban indefinidamente. La decisión del Infonavit corta de raíz esas inercias burocráticas. La FEA no es un mero trámite digital: es un instrumento jurídico robusto que aporta autenticidad, integridad y no repudio a cada contrato. En la práctica, esto se traduce en una trazabilidad absoluta. Cada modificación, cada aprobación, queda registrada con una huella digital indeleble, lo que es un poderoso disuasivo contra malas prácticas.

El impacto tangible: más allá de la teoría

La pregunta real es: ¿cómo se vive este cambio en el día a día? La experiencia nos enseña que la verdadera agilización no está en la tecnología por sí sola, sino en cómo se integra. El Infonavit ha identificado bien los beneficios clave:

  • Simplificación radical de procedimientos: Se eliminan los cuellos de botella asociados a la validación presencial y al traslado físico de expedientes.
  • Validación automatizada: Los procesos digitales verifican la identidad del firmante y la vigencia de su certificado, reduciendo errores y fraudes.
  • Optimización de tiempos: La respuesta a proveedores y contratistas puede medirse en horas, no en semanas, dinamizando toda la cadena de valor.
  • Eliminación de intermediarios físicos: Esto no solo acelera, sino que reduce costos operativos ocultos.
  • Sostenibilidad y eficiencia: La drástica reducción en el uso de papel es un beneficio tangible, pero el mayor ahorro es en tiempo y recursos humanos, que pueden reorientarse a labores de mayor valor.

Un detalle crucial que revela prudencia es la transición gradual. Durante esta fase, la FEA del Servicio de Administración Tributaria (SAT) coexistirá con la firma autógrafa tradicional. Esta no es una dualidad indefinida, sino un período de adaptación necesario. He visto proyectos fracasar por imponer cambios bruscos. Permitir esta convivencia temporal da espacio a la capacitación, a la resolución de dudas técnicas y a que todos los actores, internos y externos, se apropien del nuevo sistema sin paralizar las operaciones.

El compromiso fundamental: transparencia y combate a la corrupción

Más allá de la eficiencia, este es el núcleo del asunto. La digitalización con FEA es una de las herramientas más efectivas para blindar la honestidad institucional. Un contrato digital firmado electrónicamente crea un registro auditado e inmutable. Cualquier intento de alteración posterior queda marcado. Esto transforma la relación con los proveedores y, sobre todo, fortalece la confianza de los trabajadores afiliados, cuyos recursos están siendo administrados con un nuevo estándar de responsabilidad.

En esencia, lo que el Infonavit está haciendo va más allá de modernizar trámites. Está construyendo una arquitectura institucional más resistente, transparente y ágil. Es una lección aprendida de décadas de administración pública: la tecnología, cuando se aplica con una visión clara de integridad y servicio, no solo mejora procesos; redefine la cultura organizacional hacia la excelencia y la confianza.

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