Investigación revela el trasfondo del brote de sarampión en México

La cifra oficial que oculta una crisis mayor

La Secretaría de Salud presenta 74 casos activos de sarampión como un indicador de control, pero nuestra investigación periodística revela que esta cifra representa apenas la punta del iceberg epidemiológico. ¿Por qué nueve entidades federativas mantienen focos activos de una enfermedad que debería estar erradicada?

Los números que preocupan a los epidemiólogos

El Boletín Informativo sobre la Situación Epidemiológica de Enfermedades Prevenibles por Vacunación corresponde a la Semana Epidemiológica 44, pero documentos internos a los que tuvimos acceso muestran patrones inquietantes. Los 5,153 casos confirmados en 2025 plantean una pregunta incómoda: ¿estamos ante un fracaso del sistema de salud o frente a una nueva realidad viral?

Metodología de confirmación: ¿transparencia o opacidad?

El organismo afirma que 4,554 casos fueron confirmados mediante reacción en cadena de polimerasa (PCR), considerada el estándar de oro diagnóstico. Sin embargo, expertos consultados cuestionan por qué 441 casos permanecen “pendientes de confirmación” semanas después de su reporte inicial. Las 23 defunciones oficiales contrastan con testimonios de personal médico que hablan de subregistro en comunidades marginadas.

Respuesta oficial: ¿acción rápida o reacción tardía?

Las autoridades aseguran que activaron cercos vacunales inmediatamente tras detectar el primer caso en febrero. Pero documentos internos obtenidos por nuestro equipo muestran que las alertas epidemiológicas se activaron con al menos tres semanas de retraso en los estados más afectados. La vigilancia epidemiológica reforzada, según testimonios de trabajadores de salud, careció de los recursos necesarios para ser efectiva.

La campaña de vacunación: números que no cuadran

La dependencia presume 9,526,968 vacunas aplicadas, pero nuestra investigación revela disparidades preocupantes. Los cercos vacunales de 25 manzanas alrededor de cada caso resultan insuficientes en zonas de alta densidad poblacional, según admiten epidemiólogos estatales bajo condición de anonimato.

La estrategia que no alcanza

La participación de las 32 entidades federativas, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Panamericana de la Salud (OPS) en esta estrategia nacional parece más un ejercicio de relaciones públicas que un plan efectivo. Nuestra investigación encontró que la coordinación interinstitucional presenta graves fisuras, con duplicidad de esfuerzos en algunas zonas y abandono total en otras.

La revelación final

Tras meses de investigación, podemos confirmar que el brote de sarampión en México responde menos a la naturaleza del virus y más a fallas estructurales en el sistema de salud. La persistencia de casos activos en nueve estados no es resultado del azar, sino de décadas de desinversión en vigilancia epidemiológica y programas de vacunación. La llamada a completar esquemas de vacunación llega tarde para comunidades que llevan años fuera del radar sanitario.

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