Kenia López rechaza reforma al amparo y exige debate

Una defensa desde la trinchera legislativa

Desde mi experiencia en el análisis del proceso legislativo, he visto cómo las reformas trascendentales requieren más que una simple votación; exigen una construcción colectiva. La presidenta de la Cámara de Diputados, Kenia López Rabadán, ha anunciado formalmente su intención de votar en contra de la reforma a la Ley de Amparo recientemente avalada en la Cámara Alta. Esta postura no es un simple capricho político, sino una posición fundamentada que merece ser comprendida.

En mis años siguiendo la trayectoria de nuestro marco jurídico, he aprendido que la prisa es la mayor enemiga de la calidad legislativa. La diputada panista argumenta, con razón, que esta modificación normativa necesita un debate más amplio y transparente. Su propuesta de realizar un parlamento abierto no es una táctica dilatoria, sino una práctica esencial para robustecer nuestra democracia. He sido testigo de cómo foros de este tipo han salvado a leyes de ser letra muerta, al incorporar las voces de quienes las aplican y padecen día a día.

“Esperaremos la minuta y habrá una expectativa grande de que exista parlamento abierto, para que puedan participar litigantes, sociedad civil y ciudadanos. Se trata de un derecho histórico, una aportación de México al mundo, y es fundamental que todas las voces sean escuchadas“, declaró la legisladora.

Su postura se arraiga en un principio constitucional inquebrantable: la prohibición de la retroactividad de la ley. He visto en carne propia cómo violar este principio abre la puerta a la inseguridad jurídica y al abuso. Por ello, López Rabadán expresa su esperanza de que el proyecto sea modificado sustancialmente durante su análisis en la Cámara de Diputados. Su advertencia es clara y contundente: “Si continúa como está, yo votaré en contra. El amparo es una institución que debemos proteger”. Esta no es una negociación; es la defensa de un pilar de nuestro Estado de Derecho.

Finalmente, anticipa un escenario que conozco bien: un proceso legislativo intenso y polarizado. Anuncia cientos de reservas por parte de los grupos parlamentarios de oposición, lo que transformará la discusión en un verdadero debate de fondos. Como ella misma señala, “Será bueno para la ciudadanía conocer las posiciones públicas de cada bancada”. Esta transparencia forzada, aunque incómoda para algunos, es el único camino para una decisión que merezca el respeto de la nación.

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