La Armada intercepta otra tonelada de cocaína en el eterno circo del narco

En un espectáculo que ya parece guion de telenovela repetida, los héroes de la Secretaría de Marina —vestidos esta vez de Guardia Costera—, acompañados por el elenco habitual (Defensa, FGR, GN y SSPC), protagonizaron otro capítulo de “Salvemos las playas”. Esta vez, el botín fueron 1,112 kilos de cocaína que, por arte de magia burocrática, equivalen exactamente a 2,223,760 dosis (¿alguien llevaba la calculadora?).

Las cámaras captaron el momento épico: patrullajes aéreos y marítimos —pagados con los impuestos que deberían usarse para escuelas— localizaron 37 bultos flotando como si fueran mensajes en botellas del crimen organizado. “¡Otro triunfo!”, gritaron los funcionarios, mientras en tierra firme los capos reían y recalculaban sus pérdidas como quien revisa el ticket de un café caro.

La cifra mágica: 263 millones de pesos “afectados” a los narcos (que recuperarán en dos horas) y 41 toneladas acumuladas en esta administración (suficientes para hacer un monumento a la inutilidad). Eso sí, el comunicado oficial olvidó mencionar que las costas de Guerrero siguen siendo el All Inclusive del tráfico de drogas, donde cada decomiso es solo el aperitivo de un banquete que nunca termina.

Mientras tanto, el Estado de derecho en aguas nacionales brilla por su ausencia, como un salvavidas de papel. ¿La próxima temporada? Mismo elenco, mismo guion, pero con más toneladas y menos esperanza.