Conéctate con nosotros

Nacional

La aseguradora estatal y la millonaria póliza del Tren Maya

Una póliza millonaria y un modelo de ingresos que no cuadra. La investigación revela las cifras detrás del seguro del polémico tren.

Avatar

Publicado

en

La Incómoda Ecuación Financiera de un Icono Nacional

Las cifras, frías y contundentes, plantean una pregunta incómoda que resuena en los pasillos de la administración pública: ¿cómo es posible que un proyecto emblemático como el Tren Maya no genere los ingresos suficientes ni para cubrir su propia póliza de seguros? Nuestra investigación revela que mientras el ferrocarril reportó ventas por 276 millones de pesos en 2024, el costo de la póliza anual contra siniestros ascendió a la astronómica cifra de 922.9 millones de pesos. Una diferencia del 234% que los contribuyentes, en última instancia, podrían terminar subsidiando.

Pero el misterio se profundiza al examinar a la protagonista de esta transacción: Agroasemex. ¿Por qué una paraestatal creada en 1990 y tradicionalmente enfocada en el sector agropecuario se convirtió de repente en la aseguradora de uno de los proyectos de infraestructura más complejos del país? La adjudicación directa, realizada el pasado 30 de diciembre por la empresa militar Tren Maya, excluyó por completo a las aseguradoras privadas del mercado, luego de que una investigación de mercado que parecía encaminarse a una licitación pública nunca se concretara.

Este reportaje obtuvo los documentos que detallan los términos de este contrato. La póliza cubre colisiones y descarrilamientos, con Agroasemex obligada a desembolsar hasta 2,252 millones de pesos por evento. Sin embargo, una cláusula crucial establece un deducible del 15% a cargo del Tren Maya, un monto que, dadas sus magras finanzas, inevitablemente cuestiona de dónde saldrían los recursos en caso de un siniestro mayor.

El valor total de los bienes amparados alcanza los 371,895 millones de pesos, con una responsabilidad máxima para la aseguradora estatal de 11,270 millones de pesos. Una apuesta financiera de alto riesgo para una empresa cuyo expertise dista mucho de los trenes de pasajeros.

Los Incidentes y la Prueba de Fuego

La teoría se convirtió en realidad el pasado martes en la estación de Izamal. Un “movimiento anómalo en un aparato de cambio de vía”, según explicó el director Oscar David Lozano, provocó el descarrilamiento de un vagón que quedó “ligeramente recostado” contra otro tren. Aunque el incidente no dejó lesionados, marca el segundo descarrilamiento formal desde su inauguración en diciembre de 2023—el primero ocurrió en Tixkokob el 25 de marzo—, sin contar otros percances como un incendio en un área de almacenamiento de hidrocarburos y cortes de energía.

Las declaraciones oficiales ahora pivotan hacia la aseguradora. “Todo el Tren Maya está asegurado y la aseguradora tiene que estar perfectamente consciente y tener un documento donde nosotros denunciamos el incidente para que ellos puedan reponer los bienes afectados”, declaró Lozano desde Palacio Nacional.

La pregunta que queda flotando en el aire es más profunda: ¿Está Agroasemex, una empresa del Estado, realmente preparada para afrontar un siniestro catastrófico en un proyecto que aún no es financieramente autosuficiente? La elección de una aseguradora estatal, la adjudicación directa y la desproporción entre ingresos y costos de seguro pintan un cuadro donde el riesgo financiero parece haber sido transferido de un brazo del gobierno a otro, con el erario público como único respaldo final. Una estrategia que revela más sobre la viabilidad económica del proyecto de lo que las cifras oficiales están dispuestas a admitir.

Anuncio

Ultimas Publicadas

Anuncio

Lo mas visto del día