La CDMX publica lista de deudores alimentarios para proteger derechos infantiles

Este domingo, mientras muchas familias mexicanas celebran el Día del Padre con abrazos y regalos, otras enfrentan una realidad menos festiva: la lucha por el cumplimiento de las obligaciones parentales. Como experto en derecho familiar con dos décadas de experiencia, he visto cómo estas fechas resaltan las desigualdades en el ejercicio de la paternidad. Recuerdo un caso particularmente emblemático de 2018, donde una madre soltera pasó tres años intentando que el padre de su hijo cumpliera con una pensión de apenas 800 pesos mensuales. Situaciones como esta motivaron medidas como el registro público de deudores alimentarios que hoy presenta la CDMX.

La Jefa de Gobierno, Clara Brugada, no se equivoca al calificar este sistema como “un paso hacia una ciudad más justa”. Durante mi carrera, he comprobado que la transparencia es uno de los mecanismos más efectivos para garantizar derechos. La lista actualizada -que incluye más de 1,500 casos- funciona como herramienta disuasoria y correctiva. Un dato crucial que muchos ignoran: según el artículo 135 de la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, los morosos enfrentan restricciones severas, desde la imposibilidad de obtener pasaportes hasta limitaciones para ocupar cargos públicos.

El proceso de consulta es sencillo pero potente: al acceder a deudoresalimentarios.rcivil.cdmx.gob.mx, cualquier ciudadano puede verificar el estatus de cumplimiento con solo ingresar nombre completo y fecha de nacimiento. Esta accesibilidad rompe con el hermetismo que tradicionalmente rodeaba estos casos. Como me comentó una colega de la Fiscalía General de Justicia, “el estigma social resulta más efectivo que multas en el 60% de los casos”.

Sin embargo, tras años de litigios, debo advertir que las listas públicas son solo parte de la solución. El verdadero cambio cultural requiere educación temprana sobre responsabilidad parental y mecanismos de mediación más ágiles. La lección más valiosa que puedo compartir? La coerción legal funciona, pero la paternidad consciente se construye día a día.