PEDRO ESCOBEDO, Querétaro. En un acto que trasciende la mera inauguración de infraestructura, la Presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, puso en operación la Central de Ciclo Combinado El Sauz II “Josefa Ortiz Téllez Girón”. Esta planta de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) representa un avance concreto en la redefinición del modelo energético nacional, beneficiando a más de 4 millones de personas con un suministro adicional de 269 megavatios (MW). En conjunto con las centrales de Salamanca I y Villa de Reyes, también inauguradas este año, se inyectan al Sistema Eléctrico Nacional (SEN) 1,677 MW de capacidad renovada, fortaleciendo la red del estratégico corredor del Bajío.
La ceremonia estuvo marcada por un gesto disruptivo y simbólico. Sheinbaum Pardo anunció que esta y las futuras plantas energéticas llevarán nombres de mujeres destacadas en la historia de México y de las propias trabajadoras de la CFE. “Decimos Josefa Ortiz Téllez Girón porque… las mujeres no somos de nadie”, afirmó, subrayando este acto como una reparación histórica y un desafío a las convenciones que por décadas invisibilizaron el papel de la mujer en los espacios públicos y de poder.
Desde una perspectiva visionaria, la mandataria enmarcó este proyecto dentro de la recuperación de la soberanía energética. Criticó los intentos de privatización de épocas pasadas y destacó cómo las reformas estructurales actuales garantizan que la CFE controle el 54% de la generación eléctrica. Este modelo, argumentó, no solo es una cuestión de eficiencia económica, sino un pilar de resiliencia nacional, demostrado durante las recientes contingencias climáticas donde la restauración del servicio se logró en tiempos récord, a diferencia de lo que sucede en otras naciones.
La Secretaria de Energía, Luz Elena González Escobar, proyectó un horizonte ambicioso: a lo largo de esta administración se agregarán 29,000 MW de capacidad nueva al SEN, con una inversión global de 45,000 millones de dólares. El objetivo es triple: garantizar energía suficiente, asequible y con un componente de limpieza creciente, cumpliendo el mandato constitucional y sentando las bases para la transición energética.
La directora general de la CFE, Emilia Esther Calleja Alor, aportó el análisis técnico que revela la trascendencia estratégica de esta obra. Querétaro, con una demanda de 1,535 MW y una capacidad instalada de solo 723 MW, sufría un déficit estructural. La nueva central, junto con los proyectos de Salamanca I, Villa de Reyes y el futuro Salamanca II (con 483 MW), no solo cubre la demanda actual, sino que asegura el suministro para el crecimiento económico futuro de toda la región. Esto convierte a la infraestructura energética en el verdadero catalizador del desarrollo industrial y social.
El gobernador de Querétaro, Mauricio Kuri González, cerró el evento agradeciendo la obra y reconociendo la labor del personal técnico de la CFE, cuya eficacia durante las emergencias contrasta con los prolongados apagones que sufren otros países ante desastres similares. Este hecho subraya un principio revolucionario: la verdadera innovación no siempre reside en la tecnología más novedosa, sino en un modelo de gestión pública eficiente, comprometido y con un propósito claro de servicio a la nación.
