Una Medida Necesaria que Apreciamos con los Años
Tras décadas observando la evolución de la protección a las personas en México, celebro el anuncio de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). Su acuerdo para instalar puntos de servicio en ambas terminales no es un mero trámite burocrático; es una lección práctica aprendida. He visto cómo los espacios de alta tensión y tránsito masivo, como un aeropuerto, son donde más se vulnera la dignidad, a menudo por simple desconocimiento o desesperación. Brindar asesoría y atención preventiva ahí, en el momento crítico, es cambiar el paradigma de reactivo a proactivo.
La Teoría Encuentra su Prueba de Fuego en la Realidad
La presidenta del organismo, Rosario Piedra, menciona con acierto la búsqueda de un trato digno y sensible. Permítanme añadir, desde la experiencia, que de nada sirve un discurso bonito si no está anclado en la logística. La verdadera defensa de las garantías individuales se perfecciona, como ella dice, en la cercanía. Recuerdo casos de connacionales deportados que llegaban perdidos, o de viajeros víctimas de perfilación racial, que necesitaban una orientación inmediata, no un número telefónico. Estos espacios de convergencia son el termómetro real del respeto institucional.
Un Convenio con Alma: Más Allá del Papel
El director general del AICM, almirante Juan José Padilla Olmos, habla de honor y compromiso. Su palabras resuenan porque un aeropuerto eficiente no solo se mide por su puntualidad, sino por cómo trata al más vulnerable. La parte operativa del convenio—la coordinación permanente, la formación en derechos fundamentales al personal, las evaluaciones—es lo que separa un anuncio mediático de un proyecto con impacto duradero. Sin esto, los módulos serían solo escritorios vacíos.
La Prueba Definitiva: La Mirada del Mundo en 2026
La referencia a la Copa Mundial de la FIFA 2026 no es un detalle menor. Es el horizonte que pone presión sobre el sistema. El incremento masivo de la movilidad aérea pondrá a prueba estos mecanismos. La lección que hemos aprendido en eventos globales pasados es clara: la preparación que se hace hoy define la experiencia de millones mañana. Esta iniciativa, si se implementa con seriedad y recursos, puede ser un legado tangible del evento, demostrando que la protección al usuario y al ciudadano es una prioridad estratégica, no un apéndice. El verdadero éxito no se medirá por las quejas resueltas, sino por los conflictos que nunca llegaron a ocurrir gracias a una orientación oportuna y una presencia institucional accesible.
















