La Corte avala un crédito fiscal millonario contra Codere por evasión

La Suprema Corte de Justicia de la Nación ha puesto fin a una década de litigios al confirmar un crédito fiscal de 1,272 millones de pesos en contra de Codere México, filial del conglomerado español especializado en juegos de azar. La decisión, respaldada por tres votos contra uno, sella uno de los casos más emblemáticos de evasión fiscal en el sector del entretenimiento con apuestas.

¿Cómo llegó esta multinacional a acumular una deuda tan colosal? La investigación revela que el origen se remonta a 2008, cuando la empresa incurrió en omisiones en el pago del Impuesto sobre la Renta (ISR), además de deducciones indebidas y operaciones financieras opacas. Documentos obtenidos por este medio muestran que el SAT detectó irregularidades en transacciones entre matrices y filiales, incluyendo un préstamo de 150 millones de dólares con pérdidas cambiarias cuestionables.

Pero el caso no es tan simple. En 2012, Codere ya había logrado anular un primer intento del fisco por recuperar 560 millones de pesos, obligando a las autoridades a reiniciar el proceso. ¿Fue esta victoria temporal una estrategia para ganar tiempo? Fuentes internas del SAT, bajo condición de anonimato, sugieren que la empresa aprovechó vacíos legales para retrasar el fallo final.

Lo más polémico: la resolución judicial permite al SAT no solo reabrir casos cerrados, sino imponer sanciones aún más severas. “Es un precedente peligroso”, advierte un abogado fiscalista consultado. “¿Hasta dónde puede llegar el fisco en su afán recaudatorio?”

Con 76 casinos y más de 14,000 máquinas tragamonedas en México, Codere se ha consolidado como un gigante del juego. Pero ahora, la Corte ha dejado claro que ni las estrategias legales más sofisticadas pueden eludir indefinidamente el pago de impuestos. Si la empresa no cumple voluntariamente, el SAT está facultado para embargar sus activos, incluido el emblemático Hipódromo de las Américas.

Este fallo no solo impacta a Codere, sino que envía un mensaje contundente a todo el sector: la era de la opacidad fiscal en los juegos de azar podría estar llegando a su fin.