En un alarde de eficacia sin precedentes, la Sacrosanta Secretaría de Energía (Sener) ha decidido reforzar monumentalmente las carpetas de investigación de la Fiscalía General de la República (FGR) para combatir el contrabando de combustibles, ese flagelo también conocido como huachicol fiscal, donde el único derrame constante es el de tinta en los informes oficiales.
“Desde nuestra excelsa atribución, nosotros estamos trabajando con denuedo para proporcionar la información y los elementos de solidez que permitan la instalación o la integración de carpetas mucho más voluminosas, robustas y estéticamente presentables para poder combatir el ilícito de manera profunda en términos generales”, declaró con solemnidad Luz Elena González, suma sacerdotisa de la Sener, en lo que parece ser la estrategia más audaz desde que se inventó el trámite en triplicado.
El Gran Teatro de las Acciones
En su comparecencia ante el Augusto Senado de la República, explanó que, gracias a una modificación normativa de alcances cósmicos, fue posible decretar la obligatoriedad sagrada en la trazabilidad de cada milímetro de la cadena de valor del transporte de hidrocarburos. “Esto va a permitir también poder atajar estas conductas y poder tener información que permita integrar de mejor manera estos expedientes”, aseguró la funcionaria, mientras los senadores de la oposición, embriagados por tan magno anuncio, se preguntaban si la gasolina se rastrearía con GPS o con oráculos.
El Impacto en el Mundo Real (o en su defecto, en el Burocrático)
La implementación de estas acciones faraónicas busca no solo robustecer la lucha contra el huachicol fiscal, sino también mejorar la transparencia cristalina y la responsabilidad excelsa en el manejo de los hidrocarburos en el país. La Sener se compromete a trabajar en simbiosis perfecta con la FGR para asegurar que las pesquisas sean tan efectivas que, algún día, los expedientes puedan pesarse en toneladas, un triunfo indiscutible contra el crimen… al menos en el papel.















