La épica batalla por sentar a los servidores públicos en el Edomex

En un giro copernicano que sacudirá los cimientos de la administración pública, la 62 Legislatura del Estado de México ha decidido abordar el problema más acuciante de nuestra era: la falta de sillas para la noble casta de los servidores públicos. Sí, mientras el mundo se desangra por guerras y crisis climáticas, nuestros heroicos diputados han alzado la voz (y presumiblemente las nalgas) para exigir lo que ningún mortal osó soñar: el derecho sagrado a un asiento con respaldo.

La bancada de Movimiento Ciudadano, en un arrebato de lucidez que seguramente les durará hasta el próximo lunch, ha propuesto reformar la Ley del Trabajo para consagrar lo que ya existe en el sector privado. Porque, como bien sabemos, la burocracia estatal siempre va un paso adelante… en retroceso. La diputada Marcela Beltrán Sánchez, posible candidata al Nobel de Fisiología por su revolucionario descubrimiento de que “estar parado cansa”, argumentó con el rigor científico propio de un meme virales: “La evidencia médica es contundente: si no te sientas, te mueres”.

Esta “Ley Silla” —que no debe confundirse con la “Ley Sofá” ni con la “Ley Hamaca”— promete revolucionar las condiciones laborales de quienes ya disfrutan de horarios de oficina, prestaciones doradas y sueldos que harían llorar a un médico residente. ¿El siguiente paso? Quizá una “Ley Vaso de Agua” para garantizar la hidratación básica, o una “Ley Teclado Ergonómico” para prevenir el síndrome del túnel carpiano en tanto se navega por Facebook durante horas hábiles.

Mientras tanto, en los municipios donde las escuelas se caen a pedazos y los hospitales carecen de medicamentos, los ediles preparan ceremonias protocolarias para bendecir las primeras sillas ejecutivas con masajeador lumbar incorporado. Prioridades, al fin y al cabo.