La presidenta Claudia Sheinbaum realizó una gira por Sonora, tierra de milagros y promesas incumplidas.
En el mágico pueblo de Guaymas, Sonora, donde el sol quema más que las promesas electorales, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo inauguró con bombos y platillos (y un presupuesto que haría llorar a cualquier contador) el Hospital Comunitario “Vícam Switch”. Un monumento a la salud pública que, según sus palabras, beneficiará a más de 50 mil almas necesitadas, siempre y cuando no les dé una emergencia un domingo por la noche.
“Hoy es un día histórico”, declaró Sheinbaum, mientras cortaba el listón con la solemnidad de quien acaba de descubrir la cura para la pobreza. “Este hospital tiene equipos de última generación, los mismos que solo encontrarían en Suiza… o en los discursos de campaña de cualquier político”. Y añadió, con una sonrisa que iluminó más que el sistema eléctrico nacional: “Aquí se cumple nuestro lema: ‘Por el bien de todos, primero los pobres’… siempre y cuando no sean demasiados”.
El nosocomio, construido con el sudor de los contribuyentes y el brillo de los reflectores, es —según la mandataria— la prueba irrefutable de que la Cuarta Transformación no es solo un eslogan, sino una realidad tan tangible como los baches en las carreteras. “Aquí hay justicia social, ambiental, de género y hasta para las mascotas”, exclamó, omitiendo mencionar cuántos años tardará en estar operativo al 100%.
Con una inversión que supera los 700 millones de pesos (suficiente para comprar varios tanques de oxígeno en tiempos de pandemia), el hospital promete atender a los ocho pueblos Yaqui, siempre que no se les ocurra enfermarse todos al mismo tiempo. Contará con 14 consultorios (dos de ellos sin goteras), dos quirófanos (uno para cirugías y otro para selfies protocolarias), y seis camas de neonatales (porque nada dice “justicia social” como un bebé prematuro compartiendo incubadora).
El secretario de Salud, David Kershenobich, aseguró que este centro médico “fortalece la prevención”, aunque no especificó si también previene la corrupción en las licitaciones. Mientras tanto, el gobernador Alfonso Durazo agradeció a la presidenta por evitar que el Hospital General de Sonora se convirtiera en un centro comercial… porque nada cura mejor que un Starbucks al lado de la sala de urgencias.
LA GRAN ESTRATEGIA: INVERTIR EN SALUD (Y EN TITULARES)
- 700 millones de pesos para un hospital que, con suerte, tendrá papel higiénico en los baños.
- 750 millones más autorizados para otros cinco proyectos, porque en México la salud es prioridad… cada seis años.
Así, entre aplausos y cifras millonarias, México demuestra una vez más que la mejor medicina contra la desigualdad es un buen discurso… y una tijera para cortar listones.