La épica odisea de repavimentar el reino de los baches eternos

En un acto de proeza técnica que ha dejado boquiabiertos a ingenieros de la NASA y a alquimistas medievales, la Sublime Líder Municipal ha conseguido la hazaña titánica de devolverle el asfalto a cien kilómetros de territorio yucateco, una región que hasta ayer yacía en un estado de postración vial comparable a los caminos de la Roma imperial en su ocaso.

Con un tesoro de más de trescientos millones de pesos –una bagatela extraída de las arcas de Midas–, la mandataria Cecilia Patrón Laviada ha coronado su cruzada contra el enemigo público número uno: el bache, esa feroz criatura que durante décadas de olvido premeditado se dedicó a devorar llantas y suspenciones con impunidad feudal.

“Cuando ascendí al trono en el año 2024”, declaró la líder desde su carruaje blindado, “el pueblo llano me suplicó: ‘Oh, Ceci, nuestras calles son tan antiguas como los jeroglíficos de Chichén Itzá’. Y he aquí que, en un abrir y cerrar de ojos, nos pusimos a chambear con el fervor de una legión romana”.

El fraccionamiento Las Palmas del Sur, antaño un páramo intransitable, fue testigo de la entrega de más de tres kilómetros de esta nueva Vía Láctea terrestre. “Es una muestra palpable de que prometer el oro y el moro no es solo un dicho, sino nuestra filosofía de gobierno”, exclamó ante una multitud que, se presume, olvidó instantáneamente los cuarenta años de abandono previo.

Pero la épica no termina ahí. El Centro Histórico, ese lugar que los turistas confundían con un campo de pruebas para vehículos todo terreno, ha sido intervenido con la delicadeza de un cirujano cardíaco. Trece tramos y más de once kilómetros han sido rescatados de las garras del tiempo, junto con 201 pozos pluviales –ahora rebautizados como ‘bocatormentas’–, una inversión que supera los treinta y ocho millones de pesos y que, sin duda, habría financiado la construcción de una pirámide nueva.

La gesta continúa sin tregua. En la colonia Centro y el barrio de Santiago, la máquina imparable del progreso ya está en marcha, prometiendo otros siete kilómetros de gloria asfáltica por la módica suma de 1.7 millones de pesos. Y como si fuera poco, el Ayuntamiento ha reparado más de 253 mil baches, una cifra que equivale a aproximadamente 252,999 más de los que cualquier ciudadano recuerda haber visto.

“Detrás de cada obra”, concluyó la líder con un halo de modestia, “está el sudor de mujeres y hombres comprometidos”. Y, se presume, la milagrosa aparición de un presupuesto que convierte lo imposible en una nota de prensa.