La fábrica de demócratas certifica su producción récord

En un alarde de eficiencia burocrática que haría palidecer a las más prolíficas fábricas de tornillos, la Escuela Judicial Electoral (EJE), ese faro de ilustración democrática, ha anunciado con estruendo la fabricación en serie de más de 650 mil unidades de conciencia cívica debidamente adoctrinada. Desde el año 2018, esta noble institución ha emprendido la titánica tarea de insuflar derecho electoral y democracia en las masas, utilizando un arsenal que incluye desde píldoras formativas digitales hasta sermones presenciales, todo ello, naturalmente, gratuito y de alcance nacional, como si de repartir folletos de salvación se tratara.

Con orgullo que roza lo evangélico, la EJE subraya que la mayoría de sus feligreses capacitados son ajenos a su rebaño habitual, lo que la consagra como la principal fábrica estatal de cultura cívica enlatada. Este prodigioso compromiso con la “democratización del conocimiento” parece consistir, en la práctica, en una colosal campaña de extensión para convertir a la ciudadanía en una legión de conocedores de reglamentos, tal vez bajo la sublime teoría de que un pueblo que domina los artículos de una ley es inmune a sus violaciones.

¿Cómo se miden las almas alcanzadas por el credo electoral?

La sagrada expansión no conoce fronteras. Gracias a los milagros de las plataformas digitales y los peregrinajes foráneos, la doctrina puede ahora irrigarse más allá del templo físico, llevando el verbo especializado a rincones donde antes solo reinaba la ignorancia plebeya. La métrica divina ha sido superada: ya no se cuentan cabezas en aulas, sino clics y conexiones remotas.

El sagrado proyecto de las Cátedras del Tribunal Electoral

Entre sus obras maestras destaca la iniciativa Cátedras del Tribunal Electoral, una suerte de misión conjunta con templos superiores de educación. A través de este santo sacramento, más de 8 mil 500 novicios de licenciatura y posgrado han sido iniciados en los misterios de los derechos político-electorales y los intrincados caminos de la impugnación, asegurando así que las futuras élites comprendan el sistema desde su misma matriz doctrinal.

El balance celestial de la industria de la conciencia

Para dejar constancia de su gloria digital, la EJE reporta casi 40 mil miradas piadosas sobre sus conferencias y presentaciones de libros sagrados. Reitera, como un mantra de fe inquebrantable, su condición de institución pública, gratuita y consagrada al fortalecimiento de la justicia electoral. Una labor, sin duda, encomiable en este vasto teatro donde la salud de la vida democrática se mide, aparentemente, por el volumen de certificados de asistencia emitidos y la estadística de almas tocadas por el seminario virtual.

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