La fiscalía de Guanajuato celebra su lotería del crimen con 15 afortunados ganadores

En un espectáculo que combina lo mejor de CSI: México con la trama de una telenovela narca, la Fiscalía de Guanajuato presentó su más reciente temporada de “Cazadores de Bonos Policiales”, donde seis damas y nueve caballeros tuvieron el dudoso honor de protagonizar los operativos. Las redadas, ejecutadas con la precisión de un reality show, incluyeron el clásico smash and grab en viviendas de tres municipios que ahora compiten por el título de “Peor Lugar para Ser Criminal Novato”.

Los sospechosos, cuyos nombres parecen extraídos de un casting para narco-corridos (Mayra, Kathia, Eduardo y compañía), acumulaban un currículum delictivo tan diverso como el menú de un food truck: desde el clásico narcomenudeo express hasta el robo de autos con garantía extendida. La fiscalía, en un gesto de transparencia digno de los Oscar, exhibió su botín de guerra: armas que jamás aparecerán en un control de confianza, chalecos tácticos más falsos que promesas electorales, y suficiente efectivo como para financiar tres campañas políticas.

Las órdenes de cateo —obtenidas tras meses de ardua recopilación de pruebas irrefutables como testimonios anónimos y cámaras de vigilancia descompuestas— fueron ejecutadas con el apoyo de un dream team de fuerzas federales y estatales, cuyo único punto de discordia fue quién se quedaba con la foto para el comunicado de prensa. Mientras los detenidos esperan su turno en el juego de la ruleta judicial (donde la casa siempre gana), los vecinos celebran con alivio saber que, al menos por esta semana, el índice delictivo se redujo en… exactamente quince unidades.

Nota del editor: Ningún funcionario fue lastimado durante la redacción de esta sátira, aunque varios egos podrían requerir atención médica.