La Epopeya Bovina del Siglo XXI
En un alarde de ingenio sin precedentes, la Gran Arquitecta del Nuevo México Mágico, Claudia Sheinbaum Pardo, ha decretado desde su trono itinerante en Hermosillo el Plan Integral para la Glorificación Vacuna, una obra faraónica valorada en 831 millones de pesos que promete convertir a las reses mexicanas en aristócratas rumiantes.
El proyecto, parte de su Gira de la Realidad Aumentada, incluye la entrega de sementales con pedigrí político, un fondo de crédito con intereses más bajos que las expectativas ciudadanas y la construcción de un Palacio Bovino de las Maravillas donde las vacas recibirán masajes terapéuticos con aceites esenciales mientras escuchan audiolibros de la Cuarta Transformación.
“Ya está el recurso”, proclaimó la Mandataria Suprema, en lo que los economistas han bautizado como el Milagro de la Multiplicación de los Presupuestos. “Antes de que acabe septiembre empezamos con las primeras entregas”, añadió, sin especificar si se refería a los toros o a las promesas.
El Festival de los Números Brillantes
En un ejercicio de aritmética fantástica, la presidenta recitó los mantras oficiales: 13.5 millones de pobres evaporados por arte de magia estadística, salarios mínimos que se dispararon un 135% (si ignoramos que partían de la miseria) y un ejército de un millón de sonorenses convertidos en beneficiarios perpetuos de la Caridad Gubernamental Institutionalizada.
Octubre traerá la Tarjeta Dorada de la Liberación Femenina, destinada a mujeres de 60 a 64 años que, tras décadas de lucha, finalmente encontrarán su realización en un subsidio mensual.
La Geografía de lo Imposible
En su deambular por Sonora, la líder anunció la reconfiguración total de la física espacial: libramientos que evitan ciudades, carreteras que conectan el pasado con el futuro, puertos modernizados para recibir naves extraterrestres y hospitales que curarán hasta la melancolía existencial.
El colmo del delirio tecnocrático llegó con el Plan Sonora de Litio, donde prometieron extraer el mineral directamente de los sueños de progreso, mientras construyen centrales eléctricas que funcionarán con la energía de los aplausos en sus mitines.
El gobernador Alfonso Durazo, en un acto de sumisión teatral, agradeció el “respaldo” mientras firmaba en invisible un pacto de no agresión contra la soberanía retórica. Un espectáculo donde todos creen en el cuento, aunque sepan que el emperador está más desnudo que un semental sin subsidio.
