La gran farsa de seguridad en la CDMX con 48 detenidos

En un espectáculo digno de Broadway, la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México anunció con bombos y platillos la “heroica” captura de 48 almas perdidas en 12 alcaldías, como si con ello resolvieran el crimen organizado, la inseguridad y hasta el cambio climático. Entre el 26 de mayo y el 1 de junio, estos modernos gladiadores del orden público lograron lo imposible: detener a un puñado de presuntos delincuentes por crímenes tan variados como homicidio, narcomenudeo y robo de motocicletas, mientras el resto de la ciudad sigue siendo un parque de diversiones para la delincuencia.

En la Cuauhtémoc, tres valientes ciudadanos fueron sorprendidos con 71 dosis de marihuana, suficiente para armar una fiesta hippie pero insuficiente para alterar el mercado negro. Mientras tanto, en la Obrera, un sujeto decidió que el mejor uso de un arma blanca era atacar a otro hombre, porque, claro, en esta ciudad la violencia es el pasatiempo nacional. No podía faltar el clásico asalto a un adulto mayor, porque robarle a los abuelos es el deporte extremo favorito de algunos.

En Tlalpan, dos mentes brillantes fueron capturadas por robar motocicletas, demostrando que el ingenio criminal sigue estancado en el siglo XX. Mientras, en Iztapalapa, una mujer decidió que la Central de Abasto era el lugar ideal para dispararle a alguien, porque nada dice “compras seguras” como un balazo entre los jitomates.

Y así, en un desfile de absurdos, la SSC presentó su informe como si fuera un trofeo, ignorando que cada detenido es apenas una gota en un océano de impunidad. Pero no importa, porque mañana los titulares dirán: “¡Operativo exitoso!”, mientras la ciudad sigue ardiendo.