La guerra silenciosa contra los productores de cítricos en México
XALAPA, Ver. – La mañana de hoy se registró un homicidio que conmocionó al sector agroindustrial del norte de Veracruz, donde un reconocido empresario citrícola fue asesinado.
La víctima, identificada como Javier Vargas Arias, sufrió un ataque directo por parte de un comando armado en la vía pública del municipio de Álamo, zona reconocida por su alta producción de cítricos.
Testigos presenciales relataron que un grupo de hombres con equipo táctico y armas de alto poder disparó directamente contra el empresario, quien resultó gravemente herido y fue trasladado al Hospital General del Álamo, donde lamentablemente falleció.
Los agresores huyeron del lugar en una camioneta, mientras elementos de diversas corporaciones policiales implementaron un operativo de búsqueda que hasta el momento no ha dado resultados positivos.
La Fiscalía General del Estado inició una investigación exhaustiva por el homicidio para determinar el móvil y identificar a los probables responsables.
Patrón preocupante en el sector citrícola
Este lamentable suceso ocurre días después del asesinato del presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán en Michoacán, Bernardo Bravo Manríquez, cuyo cuerpo fue encontrado sin vida en el interior de su vehículo. El también líder de la Asociación Nacional de Citricultores en México había sido privado de su libertad por hombres armados el domingo 19 de octubre, en una zona de influencia del denominado Cártel Michoacán Nueva Generación (CMNG).
Respuesta institucional ante la crisis
La Fiscalía ha iniciado investigaciones para establecer posibles conexiones entre el asesinato de Javier Vargas Arias y la creciente ola de violencia que afecta al sector citrícola. Las autoridades enfrentan presión constante para resolver estos casos y garantizar condiciones de seguridad para los empresarios de la región.
Impacto en la industria y economía regional
La escalada de violencia contra los citricultores en México ha generado un clima de inseguridad generalizado en el sector agroindustrial. Los productores manifiestan temor por su integridad física y la seguridad de sus familias, situación que podría afectar significativamente los niveles de producción y la estabilidad económica de las regiones citrícolas del país.



















