La hipodensidad urbana frena los planes de vivienda en Monterrey

¿Por qué las promesas de vivienda de la administración federal enfrentan obstáculos insuperables en Monterrey, Guadalajara y Tijuana? Un análisis exclusivo basado en documentos técnicos y testimonios de expertos revela que la hipodensidad urbana —menos de 50 habitantes por hectárea— se ha convertido en un muro invisible para el desarrollo habitacional.

Ricardo Padilla, arquitecto fundador de Pladis, expone datos contundentes: mientras la Ciudad de México registra 74 habitantes por hectárea, Monterrey apenas alcanza 38. ¿Cómo pretenden entonces cumplir con la meta de 33,000 viviendas en Nuevo León cuando, como confirma Eugenio Montiel del Instituto de Vivienda estatal, los municipios deben modificar radicalmente sus regulaciones de densidad?

La investigación desentraña un patrón alarmante: las ciudades mexicanas replican modelos urbanos fracasados. Padilla denuncia la “copia patética” de esquemas texanos en Monterrey, visible en proyectos como los pasos a desnivel de Paseo de los Leones. “Nuestro infierno es anhelar ser como Houston o Dallas”, sentencia el académico.

Los documentos analizados muestran que incluso Puebla —la ciudad mejor posicionada con 82 habitantes/hectárea— dista mucho de los estándares internacionales. Pero el verdadero escándalo emerge al contrastar datos: la Zona Metropolitana de Monterrey tiene apenas 10 viviendas por hectárea, cifra que explica la caída del 15% en construcción durante el primer trimestre de 2025.

Fuentes consultadas dentro de la Academia Nacional de Arquitectura advierten sobre un círculo vicioso: la baja densidad incrementa costos de infraestructura, lo que reduce la vivienda accesible. ¿Están condenadas las metrópolis mexicanas a repetir errores urbanísticos? La evidencia sugiere que, sin un cambio radical en la planeación, las promesas de vivienda seguirán siendo espejismos.

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