Una batalla que conocemos demasiado bien
Desde mi trinchera en el sector comercio por años, he sido testigo de una dolorosa realidad. La Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur México) celebra hoy un logro que no es solo un papel: es el fruto de una lucha constante. La Ley General para Prevenir, Investigar y Sancionar los Delitos en Materia de Extorsión llega para frenar el sangrado económico, el cierre forzado de empresas de tradición familiar y la lenta erosión del comercio establecido.
He acompañado a dueños de negocios cuyas vidas cambiaron para siempre por el cobro de derecho de piso. Esta práctica delictiva no es un concepto abstracto; es una dinámica que impone terror, costos operativos insostenibles y reglas impuestas por la delincuencia que dictan desde horarios de apertura hasta los proveedores permitidos, estrangulando la vida productiva de comunidades enteras.
El verdadero costo de la extorsión
Con esta nueva norma, el gobierno de México finalmente asume su responsabilidad frente a este flagelo. Esto responde al clamor del sector productivo, que durante años ha trabajado en la sombra para generar un cambio estructural. Una lección que hemos aprendido en la práctica es que la extorsión no solo distorsiona el mercado: cobra vidas humanas, encarece los productos para el consumidor final y, lo más difícil de reconstruir, destruye la confianza en las instituciones. Por eso, perseguirla de oficio no es solo un tecnicismo legal; es, en esencia, un acto de justicia restaurativa, un homenaje a quienes han sufrido y una reafirmación de la autoridad del Estado.
Recuerdo las incontables reuniones con pequeños empresarios, sus voces entrecortadas por la preocupación. “Desde el sector productivo, desde los negocios que son el legado de nuestras familias, llevamos años suplicando esta reforma porque conocemos en carne propia lo que significa operar bajo la constante amenaza. Hoy, finalmente, reconocemos que el Estado ha escuchado ese clamor”, afirmó con razón el presidente de Concanaco-Servytur México, Octavio de la Torre de Stéffano.
Las cifras que duelen: la cruda realidad de 2023
Las estadísticas siempre cuentan una historia, y la de 2023 es desgarradora. Se registraron 739 mil casos de extorsión en unidades económicas, un azote que impactó de lleno al 88% de los micronegocios. El costo anual superó los 31 mil millones de pesos, según la Encuesta Nacional de Victimización de Empresas (ENVE) 2024. La experiencia nos ha enseñado que la mayoría de estas intimidaciones se ejecutan por vía telefónica, lo que hace indispensable promover el uso de la línea 089 para denuncias anónimas, el bloqueo inmediato de líneas extorsivas y la intervención decidida de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) para seguir el rastro del dinero ilícito.
“Este avance legislativo responde al dolor silencioso de miles de negocios que fueron acallados por el miedo. Desde Concanaco-Servytur y la Asamblea Nacional de Empresas y Negocios Familiares (conocida como G32) reiteramos nuestro compromiso: estamos listos para seguir colaborando desde el terreno, con datos duros, propuestas viables y un compromiso inquebrantable”, agregó De la Torre.
Una verdad que hemos internalizado es que perseguir la extorsión de oficio está intrínsecamente ligado a defender la economía nacional, la dignidad de los emprendedores y la productividad de México. Por ello, hacemos un llamado vehemente para que esta nueva reforma se traduzca en una protección tangible para las empresarias y empresarios que, con su trabajo diario, sostienen el comercio y el consumo en cada rincón del país.
Un reconocimiento a un primer paso crucial
En este contexto histórico, Concanaco-Servytur también reconoció la labor de la presidenta Claudia Sheinbaum, así como la tarea de la Secretaría de Gobernación, al mando de Rosa Icela Rodríguez, y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, encabezada por Omar García Harfuch, por haber reconocido el valor y la urgencia de esta iniciativa. Es un primer paso, pero en un camino tan complejo como este, los primeros pasos son los que más cuestan y, por lo tanto, los más significativos.



















