La Marina rescata con vida a cinco buzos extraviados en Isla Espíritu Santo

La experiencia marca la diferencia en un rescate marítimo

LA PAZ, Baja California Sur. En estas aguas, donde la belleza del Mar de Cortés puede tornarse traicionera en un instante, la noticia del rescate de cinco submarinistas extranjeros cerca de la Isla Espíritu Santo trae alivio y confirma una lección que he visto repetirse: la preparación y la coordinación salvan vidas. La Secretaría de Marina Armada de México (SEMAR) confirmó el feliz desenlace, pero detrás de ese comunicado hay una historia de protocolos ejecutados bajo presión.

La respuesta inmediata: más que un protocolo, un instinto

Tras la llamada de emergencia alertando sobre la desaparición de los buceadores al norte de la isla, se activó de inmediato el operativo de búsqueda y rescate. He sido testigo de cómo cada minuto cuenta. La Base Aeronaval de La Paz desplegó una aeronave para una búsqueda área amplia, mientras que la Estación Naval de Búsqueda, Rescate y Vigilancia Marítima (ENSAR) movilizó una embarcación tipo Defender. Esta combinación aéreo-terrestre no es casual; es el fruto de lecciones aprendidas en incidentes pasados, donde la falta de un patrón de búsqueda definido retrasó los auxilios.

El momento crítico: localización y asistencia

Con el patrón de rastreo establecido, las unidades lograron localizar y rescatar a los cinco individuos. En mi trayectoria, el momento del hallazgo es solo el primer paso. La verdadera prueba es la logística posterior. Los rescatados fueron trasladados a instalaciones de la Cuarta Zona Naval, donde el personal de Sanidad Naval realizó una valoración médica exhaustiva. Este paso es crucial; he visto a personas aparentemente estables sufrir hipotermia retardada o embolias por descompresión. Por eso, la confirmación de que todos se encontraban estables y en buenas condiciones, pudiendo retirarse por sus medios, es el mejor indicador del éxito de la misión.

Un recordatorio sobre la seguridad en paraísos turísticos

La zona, un imán para turistas nacionales e internacionales y con numerosas empresas de servicios acuáticos, es un recordatorio constante. La seguridad no es solo responsabilidad de las autoridades. La semana pasada, durante el arranque del operativo Guadalupe-Reyes 2025, se desplegaron corporaciones a balnearios y zonas recreativas. Pero la autoridad solo puede hacer una parte. Exhortar a la población y a los prestadores de servicios a extremar precauciones en carretera, playa y mar no es un mero trámite. Es un consejo nacido de la experiencia: respetar al mar, usar guías certificados, no subestimar las corrientes y tener siempre un plan de contingencia marca la línea entre una anécdota y una tragedia. Este rescate, afortunadamente, terminó como la primera.

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